Yahweh creó a la mujer como ayuda idónea correspondiente a su hombre.
Génesis 2:18 18 Y dijo Yahweh Elohim: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él. |
(18) וַיֹּאמֶר יְהוָה אֱלֹהִים לֹא טוֹב הֱיוֹת הָאָדָם לְבַדּוֹ | אֶעֱשֶׂהּ לּוֹ עֵזֶר כְּנֶגְדּוֹ |
Esta palabra “idónea” es la palabra hebrea négued (נֶגְד), y se refiere a una contraparte.
H5048 négued; de H5046; frente, i.e. parte opuesta; espec. contraparte, o cónyuge; usualmente (adv., espec. con prep.) en contra de o antes:
La mayoría de las traducciones tradicionales nos dicen que Yahweh hizo a Havvah (Eva) de una costilla de Adam.
Génesis 2:21 21 Entonces Yahweh Elohim hizo caer sueño profundo sobre Adam, y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su lugar. |
(21) וַיַּפֵּל יְהוָה אֱלֹהִים תַּרְדֵּמָה עַל הָאָדָם וַיִּישָׁן | וַיִּקַּח אַחַת מִצַּלְעֹתָיו וַיִּסְגֹּר בָּשָׂר תַּחְתֶּנָּה |
Esta palabra “costilla” es en realidad la palabra hebrea tselah, y no se refiere a una costilla, sino a un lado.
H6763 tselah; o (femenino) צַלְעָה tsalá; de H6760; costilla (como curvada), literalmente (del cuerpo) o figurativamente (de una puerta, i.e. hoja); de aquí, lado, costado, literalmente (de una persona) o figurativamente (de un objeto o del cielo, i.e. cuadrante); arq. (especialmente piso o techo) madera o viga (sola o colect., i.e. piso):
Esta es una interpretación, pero tal vez, lo que Yahweh hizo fue tomar la parte femenina de Adam y convertirla en su ayudante. Es por eso que ella es su complemento.
Es obvio que los hombres y las mujeres han sido creados diferentes, al igual que los niños son diferentes que las niñas. Ninguno de los dos es “mejor” que el otro, pero Yahweh ordenó que los hombres, en general, asuman el papel principal, mientras las mujeres ayuden a sus esposos. Sin embargo, algunas personas nos dicen que después del sacrificio de Yeshúa, ya no hay roles de género para los hombres y las mujeres. Este argumento se basa generalmente en Gálatas 3:28, donde el apóstol Shaul nos dice que no hay ni hombre ni mujer en el Mesías Yeshúa.
Galatim (Gálatas) 3:28
28 Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Yeshúa el Mesías.
Los que favorecen prescindir de los roles de género también nos recuerdan que Yeshúa dijo que en la resurrección no seriamos ni hombres ni mujeres, sino que seremos como los mensajeros (ángeles) de Elohim.
Mattityahu (Mateo) 22:30
30 Porque en la resurrección ni se casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los mensajeros de Elohim en el cielo
Como explicamos en Apocalipsis y el Fin de los Tiempos, Yeshúa está hablando del tiempo en que la tierra ya se ha acabado y nuestros espíritus sean elevados al cielo, hasta el día del juicio final. Durante este período de tiempo no vamos a tener cuerpos físicos (o género), porque seremos puramente espirituales. Sin embargo, aquellos que son seleccionados para pasar a la nueva tierra seguramente tendrán cuerpos físicos (y género físico) una vez más. Podemos ver esto en Isaías 65:20, que nos dice que habrá “viejos” (es decir, los hombres), y también “hijos” en la nueva tierra. Si hay niños, entonces seguramente hay parejas casadas.
Yeshayahu (Isaías) 65:17-20
17 Porque he aquí que Yo crearé nuevos cielos y nueva tierra; y de lo primero no habrá memoria, ni vendrá más al pensamiento.
18 Mas os gozaréis y os alegraréis para siempre en las cosas que Yo he creado; porque he aquí que Yo traigo a Jerusalem alegría, y a su pueblo gozo.
19 Y Me alegraré con Jerusalem, y me gozaré con Mi pueblo; y nunca más se oirán en ella voz de lloro, ni voz de clamor.
20 No habrá más allí niño que muera de pocos días, ni viejo que no cumpla sus días; porque el niño morirá de cien años, y el pecador de cien años será maldito.
A pesar de que no vamos a tener roles de género cuando estemos delante del trono de Elohim, es claro que aún habrá roles de género naturales aquí en la tierra. Pero ¿por qué razón? Por su parte, el judaísmo rabínico sugiere que un hombre tiene tres funciones, que se describe como las “tres P” (en inglés). Un hombre debería ser 1) el sacerdote [priest] de su hogar, 2) el proveedor para su familia, y 3) el protector. Estas “tres P” nos dan una descripción razonable del papel que desempeñan la mayoría de los hombres. Los hombres básicamente son los guerreros que están llamados a proteger, proveer para sus familias y representar a sus familias en todas las reuniones israelitas.
En contraste a esto, el judaísmo rabínico sugiere que el papel de la mujer es 1) cubrirse, a fin de no provocar o atraer la innecesaria atención masculina, 2) ser una empresaria astuta, y 3) amar la Torá. Si bien, hay mucha sabiduría en estas descripciones, solo rasguñan la superficie de los diversos roles que debe desempeñar cualquier mujer amante de la Torá, no solo como esposa, sino también como madre, como miembro de su familia y como parte de la sociedad israelita en general.
Otros miran a los roles tradicionales de las mujeres cristianas, y sugieren que una mujer no debe trabajar fuera del hogar. Estos nos dicen que el lugar correcto de una mujer es sólo dentro del hogar, con la crianza de los hijos. Aun cuando este es un estilo de vida válido para aquellos que pueden hacerlo, las familias judías han criado a sus hijos en escuelas comunitarias desde tiempos antiguos. De hecho, Shaul fue también el producto de la educación basada en la comunidad.
Ma’asei (Hechos) 22:2b-3
2b Y él les dijo:
3 Yo, de cierto soy judío, nacido en Tarso de Cilicia, pero criado en esta ciudad, instruido a los pies de Gamaliel, estrictamente conforme a la ley de nuestros padres, celoso de Elohim, como hoy lo sois todos vosotros.
Es cierto que, dada la opción, muchas mujeres prefieren quedarse en casa y criar a sus hijos a tiempo completo. Sin embargo, la Escritura no confina a las mujeres al hogar. Por ejemplo, Proverbios 31 canta las alabanzas de una “mujer de valor” (KJV), que también es llamada “mujer virtuosa” en otras versiones.
Mishle (Proverbios) 31:10 10 Mujer virtuosa, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas |
(10) אֵשֶׁת חַיִל מִי יִמְצָא | וְרָחֹק מִפְּנִינִים מִכְרָהּ: |
En hebreo, la palabra “valor” es kjáil (חַיִל) y se puede traducir de diferentes formas. Pero, esencialmente, lo que significa es un guerrero o un soldado.
H2428 kjáil; de H2342; probablemente fuerza, sea de hombres, medios u otros recursos; ejército, riqueza, virtud, valor, fortaleza.
Nuestros antepasados tenían un dicho para las esposas que siempre trabajan duro para cuidar de la familia, y que no se quejaban cuando las cosas se ponían difíciles. Ellos le alaban diciendo: “¡Ella es una soldado de verdad!” Este es el mismo significado.
El idioma hebreo enseña que la vida es una lucha (o guerra). En Proverbios 31, una aishet kjáil (mujer de valor) es alguien que, a través de la sabiduría, la diligencia y el trabajo duro cuida no sólo de su marido y su familia, sino también de aquellos de la fe que están en necesidad.
Mishle (Proverbios) 31:10-24
10 Mujer de valor, ¿quién la hallará? Porque su estima sobrepasa largamente a la de las piedras preciosas.
11 El corazón de su marido está en ella confiado, Y no carecerá de ganancias.
12 Le da ella bien y no mal, todos los días de su vida.
13 Busca lana y lino, Y con voluntad trabaja con sus manos.
14 Es como nave de mercader; Trae su pan de lejos.
15 Se levanta aun de noche Y da comida a su familia Y ración a sus criadas.
16 Considera la heredad, y la compra, Y planta viña del fruto de sus manos.
17 Ciñe de fuerza sus lomos, Y esfuerza sus brazos.
18 Ve que van bien sus negocios; Su lámpara no se apaga de noche.
19 Aplica su mano al huso, Y sus manos a la rueca.
20 Alarga su mano al pobre, Y extiende sus manos al menesteroso.
21 No tiene temor de la nieve por su familia, Porque toda su familia está vestida de ropas dobles.
22 Ella se hace tapices; De lino fino y púrpura es su vestido.
23 Su marido es conocido en las puertas, Cuando se sienta con los ancianos de la tierra.
24 Hace telas, y vende, Y da cintas al mercader.
Mientras que la sociedad efraimita idealiza, a veces, a las mujeres débiles y pasivas que no pueden trabajar fuera del hogar, nuestros hermanos judíos buscan mujeres exitosas y realizadas. Buscan una “Eshet Kjáil”, una mujer guerrera que no solo ama y cuida, sino que también es inteligente y sabia.
Entonces, si Yahweh hizo a los hombres y a las mujeres como homólogos, ¿cómo funcionan mejor juntos? Para responder a esto, veamos Génesis 3, donde las cosas no funcionaron. Este pasaje nos muestra que la naturaleza carnal de la mujer es ser más impulsiva (basada en la emoción), mientras que la naturaleza carnal del hombre es querer eludir la responsabilidad, y desviar la culpa.
Bereshit (Génesis) 3:6-13
6 Cuando la mujer vio que el árbol era bueno para comer, que era agradable a los ojos, y un árbol deseable para hacerse sabio, tomó de su fruto y comió. También dio a su marido con ella, y él comió.
7 Entonces se les abrieron los ojos a ambos, y se dieron cuenta de que estaban desnudos; y cosieron hojas de higuera y se hicieron coberturas.
8 Y oyeron el ruido de Yahweh Elohim que se paseaba por el jardín en el fresco del día, y Adán y su mujer se escondieron de la presencia de Yahweh Elohim entre los árboles del jardín.
9 Entonces Yahweh Elohim llamó a Adán y le dijo: “¿Dónde estás?”
10 Y él respondió: “Oí Tu voz en el jardín, y tuve miedo porque estaba desnudo; y me escondí”.
11 Y Él dijo: “¿Quién te dijo que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol del que te mandé que no comieras?”
12 Entonces el hombre dijo: “La mujer que me diste para estar conmigo, me dio del árbol, y comí.”
13 Y Yahweh Elohim dijo a la mujer: “¿Qué es lo que has hecho?” La mujer dijo: “La serpiente me engañó, y comí”.
Yahweh tiene un gran sentido de la justicia poética. Porque Havvah (Eva) cedió a sus deseos, la hizo someterse a su marido. Y como el hombre no quiso responsabilizarse de lo sucedido, sino que escuchó la voz de su mujer (en lugar de obedecer la voz de Yahweh), le dio trabajo.
Bereshit (Génesis) 3:16-19
16 A la mujer le dijo:
“Multiplicaré en gran medida tu dolor y tu concepción: En el dolor darás a luz hijos. Tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti”.
17 Luego dijo a Adán: “Por haber hecho caso a la voz de tu mujer y haber comido del árbol del que te mandé decir: “No comerás de él”: “Maldita sea la tierra por tu causa; con trabajo comerás de ella todos los días de tu vida.
18 Tanto los espinos como los cardos te los producirá, y comerás la hierba del campo.
19 Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; porque polvo eres y al polvo volverás.”
Esto nos muestra el principio de que aquellos a los que se les ha dado más autoridad también tienen una mayor responsabilidad. Todo lo que Yahweh nos da, espera que lo utilicemos para el mejoramiento de todos los israelitas.
Luqa (Lucas) 12:48b
48b “Porque a todo el que se le ha dado mucho, se le exigirá mucho; y al que se le ha encomendado mucho, se le pedirá más”.
En muchos sentidos, la Escritura nos dice que Israel es el ejército (o los ejércitos) del Elohim viviente.
Shemot (Éxodo) 12:51
51 Y aconteció que aquel mismo día Yahweh sacó a los hijos de Israel de la tierra de Egipto según sus ejércitos.
Aunque suene gracioso, si Israel es el ejército del Elohim viviente, entonces tiene que estar organizado como un ejército; y si podemos recibirlo, así es como Yahweh estableció la estructura familiar. Los hombres son el cuerpo de oficiales. Su trabajo es tomar decisiones difíciles y dar el ejemplo. Las mujeres son suboficiales (o sargentos). Asesoran a los oficiales y ejecutan las decisiones con sabiduría. Los hijos son los soldados rasos, que deben hacer lo que sus padres les indiquen, y crecer en el camino que deben seguir, convirtiéndose ellos mismos en buenos guerreros de la vida.
Tradicionalmente, el trabajo de un oficial es dirigir a las tropas en la batalla (ya sea literal o espiritualmente). El trabajo del suboficial es asegurarse de que los soldados tengan cubiertas sus necesidades materiales (comida, ropa, agua, etc.), para que puedan cumplir la misión. Aunque el oficial está a la cabeza, para que sea eficaz, debe tomar en serio a sus suboficiales, y sus soldados deben saber que se preocupa por ellos. A menos que los suboficiales y los hombres sientan que su líder se preocupa por ellos y por su bienestar, no se sentirán motivados para apoyarle en la misma medida.
En cualquier ejército hay momentos en los que los suboficiales y los soldados rasos necesitan hablar; sin embargo, algunos creen que las mujeres no deben hablar en una asamblea, basándose en una interpretación errónea de 1 Corintios 14:34-36.
Qorintim Alef (1 Corintios) 14:34-36
34 Que vuestras mujeres guarden silencio en las asambleas, pues no se les permite hablar; pero que se sometan, como también dice la Torá.
35 Y si desean aprender algo, que se lo pregunten a sus propios maridos en casa, pues es impropio que las mujeres hablen en una asamblea.
36 ¿O acaso la palabra de Elohim salió de ustedes? ¿O sólo llegó a ustedes?”
Al principio podría parecer que Shaul está diciendo que las mujeres deben guardar silencio en las asambleas, citando la Torá como su autoridad. Sin embargo, la Torá no dice tal cosa. Para empeorar las cosas, el versículo 36 hace una declaración que parece salir de la nada. ¿Qué hacemos entonces?
En el Textus Receptus griego, el problema radica principalmente en una mala traducción y en un malentendido de la gramática griega. El versículo 36 del Textus Receptus comienza con la preposición griega ay (h’). La Concordancia de Strong G2228 nos dice que esta palabra describe una disyunción, o un fuerte contraste entre las dos cosas que une.
NT:2228 e (¡ay!); partícula primaria de distinción entre dos términos conectados: disyuntiva, o; comparativa, que:
Cuando se utiliza al principio de una frase, la palabra “¡ay!” puede significar “o”, pero normalmente significa algo más parecido al hebreo ¡Oy! (¡Oh, mis enemigos!); y, como veremos, Shaul probablemente escribió “¡Oy!” en los manuscritos Semíticos originales. Si tradujéramos “¡Oy!” al Español, probablemente se traduciría en algo así como “¡Qué tontería!”.
En el siglo I, no había comillas en hebreo, arameo o griego. Así, aunque Shaul no nos diga específicamente qué está citando en los versos 34 y 35, el hecho de que indique un fuerte contraste al comienzo del verso 36 (“¡Oy!”) nos dice que los versos 34 y 35 no son sus propias palabras. Teniendo en cuenta todo esto, analicemos de nuevo este pasaje.
1 Corintios 14:34-36 34 [Citando:] “vuestras mujeres callen en las congregaciones; porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas, como también la Torá lo dice” 35 [Aun Citando] Y si quieren aprender algo, pregunten en casa a sus maridos; porque es indecoroso que una mujer hable en la congregación.” [Fin de Cita] 36 [Respuesta Shaul] ¡Qué tontería! ¿La palabra de Elohim salió de ustedes? (es decir, se originó) ¿O sólo llego a ustedes? |
1 Corintios 14:34-36 (34) αἱ γυναῖκες ὑμῶν ἐν ταῖς ἐκκλησίαις σιγάτωσαν· οὐ γὰρ ἐπιτέτραπται αὐταῖς λαλεῖν, ἀλλ᾿ ὑποτάσεσθαι, καθὼς καὶ ὁ νόμος λέγει. (35) εἰ δέ τι μαθεῖν θέλουσιν, ἐν οἴκῳ τοὺς ἰδίους ἄνδρας ἐπερωτάτωσαν· αἰσχρὸν γάρ ἐστι γυναιξὶν ἐν ἐκκλησίᾳ λαλεῖν. (36) ἢ ἀφ᾿ ὑμῶν ὁ λόγος τοῦ Θεοῦ ἐξῆλθεν, ἢ εἰς ὑμᾶς μόνους κατήντησεν; |
En esencia, Shaul reprende al autor de los versos 34 y 35, diciendo: “¿Dónde está este mandamiento de la Torá que nadie ha visto, excepto tú? ¿Quién crees que eres tú, de entre todos, por lo que haces reglas que nadie más ha oído hablar? ¿Eres Elohim? ¿Tu diste la Torá?
Mientras que los padres de la iglesia cristiana nos dicen que los manuscritos originales del Nuevo Pacto se inspiraron en hebreo y/o arameo, en otros lugares se nos muestran qué es muy probable que la Biblia Peshitta no es el escrito original arameo. Sin embargo, la Peshitta nos da algunas ideas muy importantes. En la Peshitta, la palabra griega “¡ay!” se origina de la palabra aramea ¡oh! (או). El Diccionario Compendious Syriac de J. Payne Smith nos dice que la palabra aramea “¡Oh!” (או) indica una expresión de asombro simultánea, pena y reproche.
או: Interjección, expresando el vocativo, el asombro, el dolor, la reprensión; ~ O !Oh!
Esto confirma que Shaul probablemente estaba diciendo, “¡Oy!”
1 Corintios 14:36 36 ¡Oh! ¿Ha salido de ti la Palabra de Eloha? ¡Oh! ¿Llego a ti solamente? |
או דלמא מנכון הו נפקת מלתה דאלאהא. או לותכון הו בלהוד מטת. |
El sarcasmo de Shaul es obvio, él está diciendo, “Yo fui criado a los pies de Gamaliel, y nunca he oído hablar de tal mandamiento de la Torá que nos dice que las mujeres deben guardar silencio en las asambleas. Acaso, ¿escribiste tú este mandamiento? ¿O eres la única persona que lo escuchó?”
Algunos autores sugieren que Shaul se estaba refiriendo a Génesis 3:16.
Bereshit (Génesis) 3:16
16 A la mujer Dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti.
Sin embargo, aunque Génesis 3:16 indica que los hombres deben dirigir (tanto en las asambleas como en el hogar), nunca implica que a las mujeres no se les permita hablar; y desde el punto de vista del modelo militar, dar a los suboficiales un mandamiento general de silencio sería muy contraproducente. No sólo destruiría la moral, sino que también impediría la eficiencia, lo cual no es el propósito de Yahweh. Más bien, Yahweh sólo quiere mostrarnos cómo pueden funcionar mejor las cosas.
Ahora, antes de hablar de la profetisa Débora, tenemos que hablar de una cuarta clase de soldado llamada suboficial. Un suboficial es básicamente un oficial de orden que tiene habilidades y destrezas especiales; y debido a esto, merece ser tratado como un oficial. Incluso puede hacerse cargo de un grupo del ejército cuando no hay oficiales comisionados cualificados para desempeñar el papel.
En el Gobierno de la Torá explicamos que hay tres cargos principales en las Escrituras: el rey, el sacerdote y el profeta. También está el juez, que es una combinación especial de los tres. Débora fue una jueza que desempeñó tanto el papel de profeta como el de rey porque los hombres de su época no hacían su trabajo. Débora aceptó ir a la guerra con Barac, pero dijo que él no recibiría ninguna gloria por ello porque no es el deber de las mujeres llevar el ejército a la guerra: es el trabajo de los hombres.
Shofetim (Jueces) 4:8-9
8 Barac le respondió: Si tú fueres conmigo, yo iré; pero si no fueres conmigo, no iré.
9 Entonces ella dijo: “Ciertamente iré contigo; sin embargo, no habrá gloria para ti en el viaje que emprendes, pues Yahweh venderá a Sísara en manos de una mujer.”
El liderazgo había cesado en Israel hasta el momento en que Deborah se levantó. Este fue un gran reproche a los hombres, y Deborah se lo restregó por la cara.
Shofetim (Jueces) 5:7
7 “¡El liderazgo cesó! ¡Cesó en Israel hasta que yo, Débora, me levanté! ¡Se levantó una madre en Israel!”
¿Qué clase de desgracia sería que una madre tuviera que dirigir la OTAN y el Pentágono? Eso es lo que decía Deborah. Ella pensó que la situación estaba mal.
Curiosamente, el marido de Débora era Lappidoth. Su nombre se refiere a alguien que es un “flambeau” (es decir, alguien extravagante, o un fanfarrón).
H3940 lappíd o לַפִּד lappíd; de una raíz que no se usa probablemente significa brillar; flamígero, lámpara o llama: antorcha, arder, relámpago, tea.:
Débora no se deleitó en tener que dar un paso adelante para llenar los zapatos de los hombres; sin embargo, ¿cuántas mujeres están ansiosas por enseñar, y por dirigir congregaciones, que señalan a Débora como excusa? Esto es aplicar mal el ejemplo de Débora.
El ejemplo de Priscila y Aquila es a menudo mal aplicado también. Mientras que los hebreos normalmente registran al esposo antes que a la esposa, Shaul generalmente hace lo contrario. Registra a Priscila antes que a Aquila en Romanos 16:3, 2 Timoteo 4:19 y 1 Corintios 16:19. Lucas los menciona como un equipo de marido y mujer en Hechos 18:24-26.
Ma’asei (Hechos) 18: 24-26
24 Llegó entonces a Éfeso un judío llamado Apolos, natural de Alejandría, varón elocuente, poderoso en las Escrituras.
25 Este había sido instruido en el camino del Maestro; y siendo de espíritu fervoroso, hablaba y enseñaba diligentemente lo concerniente al Maestro, aunque solamente conocía el bautismo de Yojanán (Juan).
26 Y comenzó a hablar con denuedo en la sinagoga; pero cuando le oyeron Priscila y Aquila, le tomaron aparte y le expusieron más exactamente el camino de Elohim.
El asunto es que a veces al esposo se le da un don para el ministerio que la esposa no tiene; y por la misma razón, a veces a la esposa se le da un don para el ministerio, mientras que al esposo no. La mujer puede ejercer su don siempre y cuando opere como parte de un equipo de marido y mujer, con el marido actuando como su cobertura. Observa en el versículo 26 que Priscila y Aquila explicaron las Buenas Nuevas a Apolo, y lo hicieron, como un equipo. No dice que Priscila aconsejara a los hombres (como Apolo) por sí misma; y de hecho, Shaul nos dice que las mujeres no deben enseñar a los hombres por sí mismas.
Timoteos Alef (1 Timoteo) 2:12-15
12 Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio.
13 Porque Adán fue formado primero, después Eva;
14 y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en transgresión.
15 Pero se salvará engendrando hijos [Peshitta: “Pero ella obtiene la vida por medio de sus hijos”] si permaneciere en fe, amor y santificación, con autocontrol.
Las mujeres pueden hablar con los hombres, pero la orden de Yahweh es que las mujeres enseñen a otras mujeres (y a los niños). Así es como Yahweh estableció las cosas; y si nos alejamos felizmente de nuestra naturaleza carnal y abrazamos Su orden, entonces nosotros y nuestras familias seremos bendecidos.