Chapter 12:

Adulterio y Mateo 18

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Yeshúa nos dijo que Él no vino a eliminar ni la parte más pequeña de la Torá (la ley de Moisés). Más bien, dijo que quien enseñe en contra del más pequeño de los mandamientos, será llamado pequeño en el reino de los cielos, y que aquellos que los guarden y enseñen toda la Torá, serán llamados grandes en el reino de los cielos.

Mattityahu (Mateo) 5:17-20
17 No penséis que he venido para abrogar la Torá o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir.
18 Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la Torá, hasta que todo se haya cumplido.
19 De manera que cualquiera que quebrante uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñe a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que los haga y los enseñe, éste será llamado grande en el reino de los cielos.
20 Porque os digo que, si vuestra justicia no fuere mayor que la de los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos.

La Torá dice que, cuando escuchemos que hay inmoralidad sexual dentro del cuerpo, debemos ir a los jueces y oficiales que existan en nuestros días, para que puedan realizar una investigación del hecho. A pesar de que la condena de la inmoralidad sexual no puede llevarse a cabo en la dispersión, debemos saber que el castigo por la fornicación siempre es la muerte. Aquí hay algunos ejemplos.

Vayiqra (Levítico) 20:10-23
10 Si un hombre cometiere adulterio con la mujer de su prójimo, el adúltero y la adúltera indefectiblemente serán muertos.
11 Cualquiera que yaciere con la mujer de su padre, la desnudez de su padre descubrió; ambos han de ser muertos; su sangre será sobre ellos.
12 Si alguno durmiere con su nuera, ambos han de morir; cometieron grave perversión; su sangre será sobre ellos.
13 Si alguno se ayuntare con varón como con mujer, abominación hicieron; ambos han de ser muertos; sobre ellos será su sangre.
14 El que tomare mujer y a la madre de ella, comete vileza; quemarán con fuego a él y a ellas, para que no haya vileza entre vosotros.
15 Cualquiera que tuviere cópula con bestia, ha de ser muerto, y mataréis a la bestia.
16 Y si una mujer se llegare a algún animal para ayuntarse con él, a la mujer y al animal matarás; morirán indefectiblemente; su sangre será sobre ellos.
17 Si alguno tomare a su hermana, hija de su padre o hija de su madre, y viere su desnudez, y ella viere la suya, es cosa execrable; por tanto, serán muertos a ojos de los hijos de su pueblo; descubrió la desnudez de su hermana; su pecado llevará.
18 Cualquiera que durmiere con mujer menstruosa, y descubriere su desnudez, su fuente descubrió, y ella descubrió la fuente de su sangre; ambos serán cortados de entre su pueblo.
19 La desnudez de la hermana de tu madre, o de la hermana de tu padre, no descubrirás; porque al descubrir la desnudez de su parienta, su iniquidad llevarán.
20 Cualquiera que durmiere con la mujer del hermano de su padre, la desnudez del hermano de su padre descubrió; su pecado llevarán; morirán sin hijos.
21 Y el que tomare la mujer de su hermano, comete inmundicia; la desnudez de su hermano descubrió; sin hijos serán.
22 Guardad, pues, todos Mis estatutos y todas Mis ordenanzas, y ponedlos por obra, no sea que os vomite la tierra en la cual Yo os introduzco para que habitéis en ella.
23 Y no andéis en las prácticas de las naciones que Yo echaré de delante de vosotros; porque ellos hicieron todas estas cosas, y los tuve en abominación.

En los versículos 22 y 23 (arriba), Yahweh nos dice que Él aborrece la inmoralidad sexual. También nos dice que debemos guardar todos Sus estatutos y juicios (y los llevemos a cabo), para que la tierra de Israel no nos vomite. ¿acaso esto significa que podemos hacer estas cosas fuera de la tierra de Israel?

Antes de responder a esta pregunta, vamos a echar un vistazo a la historia de Acán y la batalla de Hai. En los días de Josué hijo de Nun, un hombre llamado Acán decidió ignorar los mandamientos de Yahweh. Y por ello, treinta y seis hombres del pueblo murieron en la batalla como castigo a la nación, por el pecado de Acán.

Yejoshua (Josué) 7:5
5 Y los de Hai mataron de ellos a unos treinta y seis hombres, y los siguieron desde la puerta hasta Sebarim, y los derrotaron en la bajada; por lo cual el corazón del pueblo desfalleció y vino a ser como agua.

Después de la derrota Yejoshúa (Josué) se postró sobre su rostro y le preguntó a Yahweh por qué habían perdido la batalla, Yahweh le dijo que fue el castigo por el pecado de un hombre.

Yejoshúa (Josué) 7:20-26
20 Y Acán respondió a Josué diciendo: Verdaderamente yo he pecado contra Yahweh Elohim de Israel, y así y así he hecho.
21 Pues vi entre los despojos un manto Babilónico muy bueno, y doscientos siclos de plata, y un lingote de oro de peso de cincuenta siclos, lo cual codicié y tomé; y he aquí que está escondido bajo tierra en medio de mi tienda, y el dinero debajo de ello.
22 Josué entonces envió mensajeros, los cuales fueron corriendo a la tienda; y he aquí estaba escondido en su tienda, y el dinero debajo de ello.
23 Y tomándolo de en medio de la tienda, lo trajeron a Josué y a todos los hijos de Israel, y lo pusieron delante de Yahweh.
24 Entonces Josué, y todo Israel con él, tomaron a Acán hijo de Zera, el dinero, el manto, el lingote de oro, sus hijos, sus hijas, sus bueyes, sus asnos, sus ovejas, su tienda y todo cuanto tenía, y lo llevaron todo al valle de Acor.
25 Y le dijo Josué: ¿Por qué nos has turbado? Túrbete Yahweh en este día. Y todos los israelitas los apedrearon, y los quemaron después de apedrearlos.
26 Y levantaron sobre él un gran montón de piedras, que permanece hasta hoy. Y Yahweh se volvió del ardor de Su ira. Y por esto aquel lugar se llama el Valle de Acor, hasta hoy.

La historia de Acán y la conquista de Hai nos muestra que existe un “castigo comunitario” a la nación, por los pecados. Yahweh es muy serio al hablar de sacar el mal de nosotros, ya que, de un modo u otro, Yahweh siempre tendrá un pueblo apartado (santo). ¿No sería más fácil para nosotros simplemente obedecer?

En contraste, muchos cristianos creen que “no es nuestro asunto” si alguien comete o no un pecado sexual. Esta idea parece estar apoyada por la historia de la mujer adúltera en Juan 8, pero esta historia es una adición posterior al texto original.

Yojanán (Juan) 8:3-11
3 Entonces los escribas y los fariseos le trajeron una mujer sorprendida en adulterio; y poniéndola en medio,
4 le dijeron: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en el acto mismo de adulterio.
5 Y en la Torá nos mandó Moisés apedrear a tales mujeres. Tú, pues, ¿qué dices?
6 Más, esto decían tentándole, para poder acusarle. Pero Yeshúa, inclinado hacia el suelo, escribía en tierra con el dedo.
7 Y como insistieran en preguntarle, se enderezó y les dijo: El que de vosotros esté sin pecado sea el primero en arrojar la piedra contra ella.
8 E inclinándose de nuevo hacia el suelo, siguió escribiendo en tierra.
9 Pero ellos, al oír esto, acusados por su conciencia, salían uno a uno, comenzando desde los más viejos hasta los postreros; y quedó solo Yeshúa, y la mujer que estaba en medio.
10 Enderezándose Yeshúa, y no viendo a nadie sino a la mujer, le dijo: Mujer, ¿dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó?
11 Ella dijo: Ninguno, Adon. Entonces Yeshúa le dijo: Ni yo te condeno; vete, y no peques más.

La historia de la mujer adúltera (Juan 8:1-11) no existe en ninguno de los cuatro más antiguos manuscritos griegos, o en la Peshitta aramea. Esta historia se trata de una clara violación al principio de que no debemos de añadir nada a la Escritura.

Mishle (Proverbios) 30:5-6
5 Toda palabra de Elohim es limpia;
Él es escudo a los que en Él esperan.
6 No añadas a Sus palabras, para que no te reprenda, y seas hallado mentiroso.

Es irónico que la doctrina cristiana nos dice que “no debemos juzgar a los que están dentro de la congregación”, cuando el apóstol Shaul les dijo a los Corintios lo contrario. No solo les dijo a los Corintios que pongan al pecador sexual fuera de la congregación, sino que, además, dijo que lo “entreguen a Satanás” para la destrucción de su carne, con el fin de que su espíritu sea salvo en el día del Adon Yeshúa.

Qorintim Alef (1 Corintios) 5:1-5
1 De cierto se oye que hay entre vosotros fornicación, y tal fornicación que ni aun se nombra entre los gentiles; ¡tanto que alguno tiene la mujer de su padre!
2 Y vosotros estáis envanecidos. ¿No debierais más bien haberos lamentado, para que fuese quitado de en medio de vosotros el que cometió tal acción?
3 Ciertamente yo, como ausente en cuerpo, pero presente en espíritu, ya como presente he juzgado al que tal cosa ha hecho.
4 En el nombre de nuestro Adon Yeshúa Mesías, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de nuestro Adon Yeshúa,
5 el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Adon Yeshúa.

Los Corintios pudieron haber sido reticentes a la idea de poner al pecador fuera de la congregación, tal vez haciendo gala de su amor, paciencia y tolerancia. Sin embargo, el apóstol Shaul les recordó que tenemos que poner a los pecadores fuera de la congregación, no sólo para evitar el castigo comunitario (como paso a Israel en la batalla de Hai), sino también porque, si seguimos teniendo comunión con los pecadores, en algún punto llegaremos a ser como ellos. En el versículo 6 (abajo) el apóstol Shaul nos dice que “un poco de levadura leuda toda la masa.”

Qorintim Alef (1 Corintios) 5:6-8
6 No es buena vuestra jactancia. ¿No sabéis que un poco de levadura leuda toda la masa?
7 Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestro Pésaj, que es Él Mesías, ya fue sacrificado por nosotros.
8 Así que celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad.

A continuación, el apóstol Shaul nos dice que no debemos juzgar a los que están fuera de nuestras congregaciones (porque Elohim es el que juzga), pero nos dijo que tenemos la responsabilidad de juzgar a los que están dentro de nuestras congregaciones. Al igual que en Hai, tenemos la responsabilidad de hacer cumplir la justicia en nuestras propias filas, ya que el hecho de que no podemos hacer cumplir la justicia en otras personas no significa que Elohim nos excusa de la responsabilidad de hacer justicia en nuestras asambleas.

Qorintim Alef (1 Corintios) 5:9-13
9 Os he escrito por carta, que no os juntéis con los fornicarios;
10 Pero ciertamente no me refería a los fornicarios de este mundo, ni a los codiciosos, ni a los extorsionadores, ni a los idólatras, ya que entonces tendríais que salir del mundo.
11 Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis.
12 Porque ¿qué razón tendría yo para juzgar a los que están fuera? ¿No juzgáis vosotros a los que están dentro?
13 Porque a los que están fuera, Elohim juzgará. Quitad, pues, a ese perverso de entre vosotros.

Al igual que en Hai, la congregación debe mantenerse pura, o la gente puede perderse. Por eso tenemos que apartarnos de las personas malvadas, que dicen ser hermanos.

Como ya explicamos en el estudio Israel Nazareno, los apóstoles se dieron cuenta de que la mejor manera de traer a aquellos, a quienes Yahweh ya había llenado con Su Espíritu a la Torá, no era seguir el proceso de conversión gentil rabínico (“Giyur”), sino que, más bien, los hijos de Efraim que estaban regresando, simplemente tenían que abstenerse de cuatro cosas que la mente hebrea considera “abominaciones”. Si los efraimitas que estaban volviendo aceptaban mantenerse alejados de estos “cuatro actos abominables”, podían asistir a las asambleas cada Shabat (donde aprenderían el resto de la Torá lentamente). Las cuatro abominaciones que los apóstoles dijeron que los nuevos conversos deberían evitar son la idolatría, la inmoralidad sexual, la carne estrangulada y la sangre.

Ma’asei (Hechos) 15:19-21
19 Por lo cual yo juzgo que no se inquiete a los gentiles que regresan a Elohim,
20 sino que se les escriba que se aparten de las contaminaciones de los ídolos, de fornicación, de ahogado y de sangre.
21 Porque Moisés desde tiempos antiguos tiene en cada ciudad quien lo predique en las sinagogas, donde es leído cada Shabat.

Hay mucho que podemos decir acerca de los requisitos para abstenerse de la idolatría, de carnes estranguladas, y de sangre, pero tendrá que esperar para otra ocasión. Nuestro enfoque aquí es definir lo que los apóstoles entendían por “inmoralidad sexual.” Ya hemos visto algunas de las cosas que Yahweh prohíbe en la Torá, y esas definiciones no han cambiado. Sin embargo, Yeshúa Elohim también nos da una definición que tenemos que discutir en detalle.

Como explicamos en “El Corazón de Yahweh en el Matrimonio”, Yeshúa nos dice que, si un hombre se divorcia de su esposa por cualquier razón, fuera de la fornicación, él es culpable de adulterio (y por lo tanto, según Hechos 15, no puede entrar en la asamblea). Leamos el versículo 9 con cuidado.

Mattityahu (Mateo) 19:3-9
3 Entonces vinieron a Él los fariseos, tentándole y diciéndole: ¿Es lícito al hombre repudiar a su mujer por cualquier causa?
4 Él, respondiendo, les dijo: ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo,
5 y dijo: Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne.
6 Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Elohim juntó, no lo separe el hombre.
7 Le dijeron: ¿Por qué, pues, mandó Moisés a dar carta de divorcio, y repudiarla?
8 Él les dijo: Por la dureza de vuestro corazón Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; más al principio no fue así.
9 Y Yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera.

El mundo de una mujer se orienta en torno a su matrimonio. Y el apartarla ilegalmente, divorciándose de su esposa por cualquier causa, puede destruir tanto el mundo de ella como el de sus hijos.

Elohim habla en términos muy serios sobre el tema del matrimonio, ya que su objetivo es proveer a los niños. Si ambos padres no se dedican al matrimonio a sus hijos no suele irles bien. Sucede que a menudo los niños sin un hogar de dos padres caen en ciclos de violencia por varias generaciones, que es comúnmente consecuencia del pecado generacional (referencia Éxodo 20:5). Yahweh dice que “aborrece” el divorcio, porque “cubre la ropa con violencia.”

Malaquías 2:13-16
13 Y esta otra vez haréis cubrir el altar de Yahweh de lágrimas, de llanto, y de clamor; así que no miraré más a la ofrenda, para aceptarla con gusto de vuestra mano.
14 Más diréis: ¿Por qué? Porque Yahweh ha atestiguado entre ti y la mujer de tu juventud, contra la cual has sido desleal, siendo ella tu compañera, y la mujer de tu pacto.
15 ¿No hizo Él uno, teniendo un remanente del Espíritu? ¿Y por qué uno? Porque buscaba una descendencia para Elohim. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales para con la mujer de vuestra juventud.
16 Porque Yahweh Elohim de Israel ha dicho que aborrece el repudio, y al que cubre de iniquidad su vestido, dijo Yahweh de los ejércitos. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis desleales.

La doctrina cristiana de que no hay nada más allá del “simple amor” ignora el hecho de que el amor se define operativamente no por los sentimientos, sino por las acciones.

Yojanán (Juan) 14:15
15 Si Me amáis, [entonces] guardad Mis mandamientos.

Si ignoramos los requisitos de moralidad sexual en la Torá, entonces estamos fallando en amar a Yahweh y a Yeshúa, y también estamos ignorando el hecho de que el divorcio causa un daño real en el mundo. Si estamos dispuestos a hacerle daño a una hermana y a sus hijos (a los que hemos visto), ¿cómo podemos decir que amamos a Elohim (a quien no hemos visto)?

Yojanán Alef (1 Juan) 4:20-21
20 Si alguno dice: Yo amo a Elohim, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues, el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Elohim a quien no ha visto?
21 Y nosotros tenemos este mandamiento de Él: El que ama a Elohim, ame también a su hermano.

Aun así, hay momentos para el divorcio. Cuando Judá regreso a la tierra, en los días de Ezra (Esdras), tuvieron que dejar a sus esposas e hijos paganos (idolatras), porque la idolatría está prohibida en la congregación.

Ezra (Esdras) 10:2-4
2 Entonces respondió Secanías hijo de Jehiel, de los hijos de Elam, y dijo a Esdras: Nosotros hemos pecado contra nuestro Elohim, pues tomamos mujeres extranjeras de los pueblos de la tierra; más, a pesar de esto, aún hay esperanza para Israel.
3 Ahora, pues, hagamos pacto con nuestro Elohim, que despediremos a todas las mujeres y los nacidos de ellas, según el consejo de mi señor y de los que temen el mandamiento de nuestro Elohim; y hágase conforme a la Torá.
4 Levántate, porque esta es tu obligación, y nosotros estaremos contigo; esfuérzate, y pon mano a la obra.

No debemos contaminar lo que pertenece a Yahweh, es decir, no debemos contaminar nuestras asambleas, ni el campamento, ni la tierra de Israel, ni nuestros matrimonios. Todo lo que pertenece a Yahweh tiene que permanecer apartado para Él, y toda adoración de ídolos, el adulterio y la anarquía, tienen que sacarse fuera.

Este mismo principio se aplica también a los matrimonios en la dispersión. El apóstol Shaul nos dice que no nos unamos en yugo desigual con los incrédulos, porque nuestros cuerpos son actualmente el templo del Elohim viviente. Por lo tanto, unirnos con los incrédulos, contamina Su templo (es decir, nuestro cuerpo).

Qorintim Bet (2 Corintios) 6:14-18
14 No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?
15 ¿Y qué concordia el Mesías con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo?
16 ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Elohim y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Elohim viviente, como Elohim dijo:
Habitaré y andaré entre ellos,
Y seré Su Elohim,
y ellos serán Mi pueblo.
17 Por lo cual,
Salid de en medio de ellos,
y apartaos, dice Yahweh,
Y no toquéis lo inmundo;
Y Yo os recibiré,
18 Y seré para vosotros por Padre,
Y vosotros Me seréis hijos e hijas,
Dice Yahweh El-Shaddai Todopoderoso.

Sin embargo, Shaul también nos dice que no debemos apresurarnos a divorciarnos, ya que Yahweh todavía puede utilizarnos para llevar a nuestro cónyuge (y/o a nuestros hijos) a la salvación. Shaul nos dice que, en su opinión, mientras nuestro cónyuge esté dispuesto a permanecer, debemos permanecer unidos (y ser un testigo para ellos).

Qorintim Alef (1 Corintios) 7:12-16
12 Y a los demás digo yo, no Yahweh: Si algún hermano tiene una mujer que no sea creyente, y ella consiente en vivir con él, no la abandone.
13 Y si una mujer tiene marido que no sea creyente, y él consiente en vivir con ella, no lo abandone.
14 Porque el marido incrédulo es santificado en la mujer, y la mujer incrédula en el marido; pues de otra manera vuestros hijos serían inmundos, mientras que ahora son apartados.
15 Pero si el incrédulo se separa, sepárese; pues no está el hermano o la hermana sujeto a servidumbre en semejante caso, sino que a paz nos llamó Elohim.
16 Porque ¿qué sabes tú, oh mujer, si quizá harás salvo a tu marido? ¿O qué sabes tú, oh marido, si quizá harás salva a tu mujer?

Todos estamos obligados a promover la Gran Comisión de la mejor forma que podamos. Mientras hacemos colectas para enviar apóstoles, misioneros y evangelistas a otros lugares, los que son llamados a permanecer en sus mismos pueblos necesitan hacer todo lo posible para ser testigos en su área local. Si parte de este ministerio es a su esposa e hijos, pues mucho mejor, y que cada uno permanezca en la vocación en que fue llamado.

Qorintim Alef (1 Corintios) 7:20
20 Que cada uno permanezca en la misma vocación en la que fue llamado.

Que quede claro que hay una diferencia entre un idólatra y un hermano o hermana que no es tan devoto como él o ella debe ser. En la época de Ezra los hombres pusieron lejos a todas sus mujeres paganas, y a los niños que adoraban a otros elohim (y que no quisieron convertirse a la adoración a Yahweh). La razón por la cual Yeshúa no tuvo que mencionar estas cosas en Mateo 19, es que se entendía que la idolatría y el adulterio no estaban permitidos en la tierra de Israel.

Entonces, ¿cómo aplicamos toda esta información? Echemos un vistazo a algunos casos diferentes, para estudiarlos, empezando por el infame ejemplo del Rey David y Urías el heteo.

Shemuel Bet (2 Samuel) 11:26-27
26 Oyendo la mujer de Urías que su marido Urías había muerto, hizo duelo por su marido.
27 Y pasado el luto, envió David y la trajo a su casa; y fue ella su mujer, y le dio a luz un hijo. Más, esto que David había hecho, fue desagradable ante los ojos de Yahweh.

Para poder cubrir el hecho de que él había dejado a Bat Sheva (Betsabé) embarazada, David causo que su marido Urías el heteo fuera asesinado. Sin embargo, a pesar de que Bat Sheva estuvo de luto, David aún no se había arrepentido de sus pecados. Y debido a que Yahweh amaba a David, Yahweh tuvo que traer a David al arrepentimiento, para que pudiera seguir siendo parte de la nación de Israel.

Shemuel Bet (2 Samuel) 12:7-12
7 Entonces dijo Natán a David: Tú eres aquel hombre. Así ha dicho Yahweh Elohim de Israel: Yo te ungí por rey sobre Israel, y te libré de la mano de Shaul,
8 y te di la casa de tu señor, y las mujeres de tu señor en tu seno; además te di la casa de Israel y de Judá; y si esto fuera poco, te habría añadido mucho más.
9 ¿Por qué, pues, tuviste en poco la palabra de Yahweh, haciendo lo malo delante de Sus ojos? A Urías heteo heriste a espada, y tomaste por mujer a su mujer, y a él lo mataste con la espada de los hijos de Amón.
10 Por lo cual ahora no se apartará jamás de tu casa la espada, por cuanto me menospreciaste, y tomaste la mujer de Urías heteo para que fuese tu mujer.
11 Así ha dicho Yahweh: He aquí yo haré levantar el mal sobre ti de tu misma casa, y tomaré tus mujeres delante de tus ojos, y las daré a tu prójimo, el cual yacerá con tus mujeres a la vista del sol.
12 Porque tú lo hiciste en secreto; más, Yo haré esto delante de todo Israel y a pleno sol.

El principio es simple: Todas las personas que practican la idolatría y el adulterio, o consumen carnes estranguladas o sangre, no pueden entrar en la congregación, o en la tierra de Israel. Esto es porque la nación debe estar libre de los efectos fermentadores del pecado. Debido a que Yahweh amó a David, Él estaba dispuesto a hacer todo lo necesario para ayudarle a ser limpio. El apóstol Shaul utiliza este mismo principio de “lo que sea necesario para salvar su alma” cuando dijo que el adúltero de Corinto, debe ser expulsado de la congregación hasta que se arrepienta, ya que mientras el alma del hombre de Corinto fuera salva, poco importaba lo que le pasara a su cuerpo.

Qorintim Alef (1 Corintios) 5:5
5 el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Adon Yeshúa.

Yeshúa habla de este mismo principio, informándonos que el cuerpo no es más que un recipiente para el alma, y que no importa si somos ricos o pobres, sino que hagamos todo lo necesario para permanecer en el favor de Yahweh.

Mattityahu (Mateo) 16:26
26 Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?

Tomemos el ejemplo hipotético de un hombre que dice que cree en Yeshúa y guarda la Torá. Su mujer no ha cometido ningún adulterio, pero él se divorcia de ella y se casa con otra mujer. Aun cuando los tribunales de muchos países reconocen que este es un divorcio legal, según la Torá esta no es una separación legítima, y a este hombre no se le debe permitir tener comunión en las asambleas, porque está cometiendo adulterio.

Mattityahu (Mateo) 19:9
9 Y yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera.

El hombre y su primera esposa tienen una relación de pacto delante de Yahweh Elohim. Yahweh espera que este pacto se cumpla, y realmente no se preocupa por nuestra conveniencia. Más bien, le preocupa que aprendamos a mantener nuestros votos. La única cosa que debería evitarse es volver a unirse nuevamente con ella si es que, luego de la separación, ella se casó con otro hombre.

Devarim (Deuteronomio) 24:1-4
1 Cuando alguno tomare mujer y se casare con ella, si no le agradare por haber hallado en ella alguna cosa indecente, le escribirá carta de divorcio, y se la entregará en su mano, y la despedirá de su casa.
2 Y salida de su casa, podrá ir y casarse con otro hombre.
3 Pero si la aborreciere este último, y le escribiere carta de divorcio, y se la entregare en su mano, y la despidiere de su casa; o si hubiere muerto el postrer hombre que la tomó por mujer,
4 no podrá su primer marido, que la despidió, volverla a tomar para que sea su mujer, después que fue envilecida; porque es abominación delante de Yahweh, y no has de pervertir la tierra que Yahweh tu Elohim te da por heredad.

Como explicamos en “El Corazón de Yahweh en el Matrimonio”, la palabra “impureza” en el versículo 1 es la palabra ervah (ערוה), y se refiere a una impureza sexual.

H6172 ervah; de H6168; desnudez, literalmente (en especial las partes pudendas) o en sentido figurado (vergüenza, mancha):
KJV – desnudez, vergüenza, sucio.

Yahweh tiene leyes, estatutos, sentencias y juicios justos. Las situaciones ideales se rigen por las leyes o estatutos, en el ejemplo de Deuteronomio 24:1-4, algo ha salido mal, la situación es confusa y tenemos que aplicar el juicio de Yahweh o hacer juicios justos, que nos indiquen cómo sacar lo mejor en una mala situación. Este es el mismo tipo de situación en que Yosef (José) se encontró al enterarse del embarazo de Miriam (María).

Mattityahu (Mateo) 1:18-19
18 El nacimiento de Yeshúa Mesías fue así: Estando desposada Miriam, su madre, con Yosef, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Rúaj HaQodesh.
19 Yosef su marido, como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente.

Yosef pensó que había encontrado un motivo de impureza sexual en Miriam. En lugar de hacerla un ejemplo público (muerte por lapidación), decidió repudiarla en silencio de acuerdo con Deuteronomio 24:1-4. Esto era más compasivo que el castigo, y para Yosef, el mostrarle compasión, puede ser la razón por la cual se llamó a Yosef como “un hombre justo”.

Dejando a un lado el ejemplo de Yosef y Miriam, una vez que una mujer ha sido divorciada por una cuestión de impureza, y ella luego va y se casa con otro hombre, no puede volver a su exmarido, porque esto sería profanar la tierra. Sin embargo, esto es lo que el profeta Hoshea tuvo que hacer con Gomer.

Hoshea (Oseas) 3:1
1 Me dijo otra vez Yahweh: Ve, ama a una mujer amada de su compañero, aunque adúltera, como el amor de Yahweh para con los hijos de Israel, los cuales miran a dioses ajenos, y aman las tortas de pasas de los paganos.

También es lo que Yahweh hace con la casa de Efraim.

Yirmeyahu (Jeremías) 3:1
1 Dicen: Si alguno dejare a su mujer, y yéndose ésta de él se juntare a otro hombre, ¿volverá a ella más? ¿No será tal tierra del todo amancillada? Tú, pues, has fornicado con muchos amigos; mas ¡vuélvete a Mí! dice Yahweh.

Lo ideal, en este caso, es que siempre estemos con la mujer que Yahweh nos dio, y sólo por causa de nuestros corazones duros, es que se nos permite el divorcio.

Mattityahu (Mateo) 19:8-9
8 Él les dijo: Por la dureza de vuestro corazón
Moisés os permitió repudiar a vuestras mujeres; más al principio no fue así.
9 Y Yo os digo que cualquiera que repudia a su mujer, salvo por causa de fornicación, y se casa con otra, adultera; y el que se casa con la repudiada, adultera.

Hay muchos factores de complejidad, y es difícil explicar todos en este libro. Los líderes de las congregaciones, si lo desean, pueden ponerse en contacto con nosotros para más orientación en casos específicos.

Hay más escenarios con respecto al adulterio de los que caben en este libro. Pero lo que realmente importa, es buscar cómo poder restaurar las relaciones. Muchos de nosotros venimos de un pasado no ideal, y la pregunta principal que debemos hacernos es “¿Qué debemos hacer ahora?”

El arrepentimiento es lo principal que Yahweh quiere ver antes de que Él perdone nuestros pecados, pero el arrepentimiento significa algo más que decir, “lo siento.” Arrepentimiento significa hacer todo lo que esté en nuestras manos para restaurar completamente nuestra relación con Yahweh y con Sus hijos.

Mientras que la palabra shalom significa “paz”, se refiere a una paz que nace de la ausencia de cualquier problema. Se refiere a un cierto estado de reposo, en donde todos los problemas entre hermanos han sido total y completamente resueltos. Esto es lo que Shaul quiere decir en Romanos 12:18.

Romim (Romanos) 12:18
18 Si es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en Shalom con todos los hombres.

¿Cuántos de nosotros tratamos de entrar en Shabat con divorcios ilícitos o relaciones rotas que no están totalmente restauradas?

Yahweh es grande y fuerte. Si pecamos contra Él, no será burlado. Él nos devolverá nuestro pecado y nos lo echará en cara, haciendo que nos arrepintamos, o que seamos cortados de la nación. ¿Cuántos de nosotros hemos sido cortados de la nación por nuestro fracaso en arreglar las relaciones pasadas, y ni siquiera nos damos cuenta?

Devarim (Deuteronomio) 7:9-11
9 Conoce, pues, que Yahweh tu Elohim es Elohim fiel, que guarda el pacto y la misericordia a los que le aman y guardan Sus mandamientos, hasta mil generaciones;
10 y que da el pago en persona al que le aborrece, destruyéndolo; y no se demora con el que le odia, en persona le dará el pago.
11 Guarda, por tanto, los mandamientos, estatutos y decretos que Yo te mando hoy que cumplas.

Yahweh nos dice que debemos cuidar de las viudas y los huérfanos.

Yeshayahu (Isaías) 1:17
17 aprended a hacer el bien; buscad el juicio, restituid al agraviado, haced justicia al huérfano, amparad a la viuda.

Las mujeres que fueron divorciadas sin motivo legítimo son realmente viudas y sus hijos son efectivamente huérfanos. Dado que Yahweh nos dice que debemos buscar la justicia, es nuestro trabajo reprender a los opresores, defender a las viudas y a los huérfanos. ¿Pero cómo podemos hacer esto, si no estamos organizados?

La Torá nos dice que debemos nombrar jueces y oficiales en todas nuestras puertas. Esto es preciso para poder establecer justicia en nuestras asambleas, y mantener a los que se niegan a mantener buenas relaciones fuera de las puertas.

Devarim (Deuteronomio) 16:18
18 Jueces y oficiales pondrás en todas tus ciudades que Yahweh tu Elohim te dará en tus tribus, los cuales juzgarán al pueblo con justo juicio.

Al final de los días, el reino de Yahweh será Su pueblo. Si se cortan nuestras relaciones con los demás en Su cuerpo, entonces el cuerpo de Yeshúa estará todo cortado en su interior. ¿Cómo podría vivir Su cuerpo cuando tiene tantas heridas?

Shaul nos ruega, en el nombre de nuestro Maestro Yeshúa el Mesías, que no haya divisiones entre nosotros, sino que estemos perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer.

Qorintim Alef (1 Corintios) 1:10
10 Os ruego, pues, hermanos, por el nombre de nuestro Adon Yeshúa Mesías, que habléis toda una misma cosa, y que no haya entre vosotros divisiones, sino que estéis perfectamente unidos en una misma mente y en un mismo parecer.

¿Estamos dispuestos a someternos a estas palabras? ¿Estamos dispuestos a hacer todo lo posible, con nuestras fuerzas, para restaurar nuestra relación con nuestros hermanos, los cuales Yahweh ha elegido? Sabemos que no todas las personas de Su pueblo lo van a hacer, pero también sabemos que esta es una prueba, para ver quién está aprobado, y quién no.

Qorintim Alef (1 Corintios) 11:18-19
18 Pues, en primer lugar, cuando os reunís como iglesia, oigo que hay entre vosotros divisiones; y en parte lo creo.
19 Porque es preciso que entre vosotros haya disensiones, para que se hagan manifiestos entre vosotros los que son aprobados.

Siempre habrá cizaña entre el trigo, y cabras entre las ovejas, no se puede evitar, ya que es parte de la forma en que Yahweh refina la plata y el oro. Sin embargo, tenemos que asegurarnos de estar entre aquellos que hacen todo lo posible para vivir nuestra vida, en el camino correcto, con nuestros hermanos y hermanas y tratar a los demás como nos gustaría ser tratados.

Mattityahu (Mateo) 7:12
12 Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la Torá y los profetas.

Los siervos congregacionales tienen la responsabilidad de cuidar el rebaño que está bajo su cuidado. No sólo tienen que asegurarse de no admitir a nadie que practique cualquiera de las cuatro abominaciones que figuran en Hechos 15, sino también, tienen que asegurarse de que todos los que se unen a la congregación, se sometan a la comprensión de que Yeshúa quiere construir, mantener y restaurar las relaciones rotas.

El que tiene oído para oír, oiga.

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