Hay un viejo cuento de niños sobre una gallinita roja que encontró algo de trigo y decidió plantarlo, para poder cosechar lo suficiente para hornear pan. Primero le pidió a los otros animales que la ayudaran a plantar el trigo, y luego también para cosechar el cultivo, trillar el grano, molerlo, y finalmente hornear el pan, pero en cada etapa los otros animales se negaron a ayudarla en el trabajo. Luego, cuando llegó el momento de comer el pan, todos los animales estaban ansiosos por comer del pan horneado. Sin embargo, la gallina sabia dijo que, dado que los otros animales no la ayudaron en el trabajo de hacer el pan, solo ella y sus polluelos comerían todo el pan.
Hay un paralelo a esta historia en la Parábola de las Minas de Yeshúa. En la parábola, cierto noble (Yeshúa) da una mina (la salvación) a cada uno de Sus diez siervos, quienes probablemente representan a las diez tribus de la casa del norte de Israel, Efraim. Dos de los sirvientes usaron sus minas para ganar aún más minas (más almas salvadas) para su maestro, y debido a esto se les da una gran recompensa. Sin embargo, un tercer sirviente guardó su mina en un pañuelo y no la usó para servir a su amo, debido a esto, su mina (salvación) le fue quitada.
Luqa (Lucas) 19:12-27
12 Les dijo: “Cierto hombre de la nobleza fue a un país lejano a recibir un reino para sí y luego volver.
13 Entonces, llamando a diez de sus siervos, les dio diez minas, y les dijo, “Negocien hasta que yo vuelva”.
14 Pero sus conciudadanos lo odiaban, y enviaron tras él a los ancianos a decirle, “Nosotros no queremos que él reine sobre nosotros”.
15 “Así que, al volver, después de haber recibido el reino, mando a llamar a sus siervos, a quien les había dado el dinero, para saber cuánto había ganado cada uno.
16 Entonces vino el primero y le dijo: “Maestro, tu mina ha producido diez minas”.
17 Y él se dijo: “¡Muy bien!, buen siervo; por cuando has sido fiel en lo muy poco, tendrás autoridad sobre diez ciudades”.
18 y el segundo vino, y dijo: “Maestro, tu mina ha producido cinco minas”.
19 También dijo a éste: “Tú también estarás sobre cinco ciudades”.
20 Y el otro vino y dijo: “Maestro, aquí está tu mina, la cual he guardado dentro de un pañuelo”.
21 Porque te tuve miedo, por cuando eres un hombre severo, que tomas de donde no pusiste, y cosechas donde no sembraste”.
22 Y él le dijo: “Por tu propia boca te juzgaré, mal siervo. Tu conocías que yo soy un hombre severo, que tomo de donde no puse, y cosecho donde no sembré.
23 ¿por qué, pues, no pusiste mi dinero en el banco, para que, al volver, yo lo recibiera con los intereses?”
24 Y él dijo a los presentes: “quítenle la mina y dénsela al que tiene diez minas”
25 Y ellos le dijeron: “Maestro, él tiene diez minas”
26 “Yo les digo, que aquel que tiene, se le dará más, pero aquel que no tiene, incluso lo que tiene le será quitado.
27 Y en cuando a mis enemigos, aquellos que no querían que reinara sobre ellos, tráiganlos y decapítenlos frente a mí”.
El noble de la parábola no les dio a sus sirvientes una mina para que la gasten en ellos mismos. Más bien, les dio una mina para que la usaran para él. Él esperaba que usaran la mina de una manera que él aprobara. Si no la gastaron de esta forma, entonces su mina les sería quitada. Esta es exactamente la misma forma en que Yeshúa nos da el don de Su Espíritu. Aun cuando Yeshúa nos da Su Espíritu libremente, Él espera que lo usemos para construir un reino para Él, según las instrucciones que Él nos dio. Un día todos estaremos de pie ante el trono, en el juicio, para ser juzgados por lo bien, o mal, que hemos guardado Sus mandamientos.
Hitgalut (Apocalipsis) 20: 11-13
11 Entonces vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, delante de quien huyeron la tierra y el cielo. Y no fue hallado ningún lugar para ellos.
12 Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie delante de Elohim, y los libros fueron abiertos. Y se abrió otro libro, el de la Vida. Y los muertos fueron juzgados según sus obras, por lo que estaba escrito en los libros.
13 Y el mar entregó a los muertos que estaban en él, y la Muerte y el hades entregaron a los muertos que estaban en ellos. Y fueron juzgados, cada uno según sus obras.
Sin embargo, si bien las Escrituras son claras en cuanto a que seremos juzgados de acuerdo con nuestras obras, algunos creyentes se comportan como si fuéramos a ser juzgados de acuerdo con nuestro nivel de conocimiento. Y aun cuando estos creyentes parecen ansiosos por aprender todo lo que pueden, no quieren organizarse y/o apoyar al liderazgo, para que el liderazgo pueda ir y hacer las “miles” de cosas que se necesitan para construir el reino de Yeshúa, de la manera que Él lo dijo que lo hiciéramos. Si estamos dispuestos a recibirlo, esto es similar a acumular nuestras minas en un pañuelo, ya que no construye el reino de Yeshúa, ni cumple Su voluntad.
La razón por la cual Yeshúa nos da Su Espíritu es porque Él quiere que hagamos un muy buen trabajo para Él. En el estudio Israel Nazareno, vimos que las diez tribus perdidas (la casa del norte de Israel, Efraim) están dispersas en los cuatro rincones de la tierra, y que están siendo guiadas a regresar al pacto, por el liderazgo y la guía del Espíritu de Yeshúa. Sin embargo, nuestro trabajo no es solo traerlos de vuelta, también es usarlos para formar un reino “literal” para Él, a través del cual gobernará y reinará sobre la tierra durante el milenio.
Mientras los Israelitas perdidos (Efraimitas) fueron dispersados hacia todas las naciones existentes, espiritualmente hablando, estas tribus fueron tomadas cautivas por el cuerno pequeño (es decir, el papado). El papado tomaría a los santos de Yahweh, cautivos espiritualmente por un tiempo, tiempos, y medio tiempo. (Que, como mostramos en el estudio Israel Nazareno, corresponden a 1.260 años). Y cuando se completaron estos 1,260 años, los santos se separaron de Roma en la Reforma Protestante.
Daniel 7: 25-27
25 “El [cuerno pequeño] pronunciará palabras contra el Altísimo, perseguirá a los santos del Altísimo, e intentará cambiar los tiempos y la Torá. Entonces los santos serán entregados en su mano por un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo”.
26 Pero se sentará el tribunal, y le quitarán su dominio, para exterminarlo y destruirlo para siempre.
27 Entonces el reino y el dominio, y la grandeza de los reinos debajo de todo el cielo, serán entregados al pueblo, a los apartados (santos) del Altísimo. Su reino es un reino eterno, y todos los dominios le servirán y le obedecerán.
Como explicamos en Apocalipsis y el Fin de los Tiempos, Yeshúa no estará aquí en la tierra durante el milenio. Más bien, la corte celestial se sentará en la Séptima trompeta (cerca del final de la tribulación), y le quitarán el reino y el dominio al papado, y se lo darán a los santos del Altísimo. Lo que esto significa es que el reino y el dominio se entregarán al cuerpo de Yeshúa (que son los Israelitas Nazarenos [los que tienen el testimonio de Yeshúa y guardan los mandamientos]). Así es como el versículo 27 puede decir que el poder será dado a los santos y, sin embargo, todos los dominios le servirán y obedecerán (a Yeshúa), es decir, que estarán obedeciendo a Su cuerpo (Israel Nazareno). Sin embargo, calificar como el cuerpo de Yeshúa no es fácil.
Lo que debemos entender es que, para calificar como parte del cuerpo de Yeshúa, primero debemos hacer las cosas que el Espíritu de Yeshúa quiere que hagamos. Debemos permitir que el Espíritu de Yeshúa nos guie en Su camino, y si no hacemos Su voluntad, entonces, realmente no tenemos la plenitud del Espíritu de Yeshúa en nosotros (y, por lo tanto, no somos parte del cuerpo de Yeshúa). Si este es el caso, al menos desde cierto punto de vista, es como si nunca hubiéramos recibido (la plenitud de) el Espíritu de Yeshúa.
A veces la gente se pregunta por qué los gobiernos querrían obedecer al cuerpo de Yeshúa, si Yeshúa no estará físicamente presente en la tierra. Vimos la respuesta a esto en el estudio El Gobierno de la Torá. En la gran comisión, Yeshúa nos dice que observemos (es decir, guardemos) todo lo que Él nos ordena.
Mattityahu (Mateo) 28: 19-20
19 “Vayan, pues, y hagan discípulos en todas las naciones, sumergiéndolos en Mi nombre*;
20 enseñándoles que guarden todas las cosas que les he mandado; y he aquí, Yo estoy con ustedes siempre, y hasta el fin de los tiempos”. Amén.
[*Para saber por qué nos sumergimos solo en el nombre de Yeshúa, vea “La Inmersión solo en el nombre de Yeshúa“, en Estudios Escriturales Nazarenos, Volumen Tres].
En el estudio El Gobierno de la Torá también vimos que antes de que Yeshúa subiera al cielo, Él mismo dispuso un orden Melquisedeciano renovado que debía difundir la fe en Él a los cuatro rincones de la tierra. Cada parte de Su cuerpo debía hacer su parte para ayudar a satisfacer las necesidades de esta Gran Comisión. Esto es lo que el verso 16 llama “el trabajo adecuado” por el cual cada parte del cuerpo hace su parte, para causar el crecimiento del cuerpo para la edificación de sí mismo en amor.
Efesim (Efesios) 4: 11-16
11 Y Él mismo constituyo algunos como apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, y a otros pastores y maestros,
12 para perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo del Mesías,
13 hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Elohim, a un hombre maduro, a la medida de la estatura de la plenitud del Mesías;
14 para que ya no seamos niños, arrojados de un lado a otro y llevados por cada viento de doctrina, por hombres fraudulentos, en astutas trampas engañosas,
15 sino que, hablando la verdad en amor, podamos crecer en todo, en Aquel que es la cabeza, el Mesías,
16 de quien todo el cuerpo, bien ajustado y unido por lo que proporciona cada articulación, de acuerdo con el trabajo adecuado, por el cual cada parte hace su parte, causa el crecimiento del cuerpo para la edificación de sí mismo en amor.
Repito, ya que esto es lo que el mismo Mesías Yeshúa nos ordenó, esto es lo que Él quiere que todos hagamos con nuestras vidas salvadas, y la única manera en la que podemos estar verdaderamente ansiosos por hacer Su trabajo, es si tenemos la plenitud del Espíritu de Yeshúa.
El Espíritu de Yeshúa nos hace estar celosos por expandir Su reino eterno, como lo indica Isaías 9:7.
Yeshayahu (Isaías) 9:7
7 “La expansión de Su imperio y de la paz no tendrán fin sobre el trono de David y sobre Su reino, estableciéndolo y confirmándolo con juicio y justicia desde ahora y para siempre. El celo de Yahweh de los ejércitos hará esto”.
¿Tenemos este celo de ayudar a construir un reino eterno para nuestro Rey? Esto es lo que Yeshúa quiere que hagamos con nuestras minas.
Antes de que Yeshúa ascendiera al cielo, estableció un orden Melquisedeciano renovado en la cual el sacerdocio estaba separado de la gente. Mostramos las reglas para esta orden en el estudio El Gobierno de la Torá, además, sabemos que un sacerdocio apartado (santo) no solo permite una mayor especialización del conocimiento, también tiene la capacidad de unir todas las asambleas en el mundo. Esto forma un reino espiritual “literal” en todas las naciones. Este tipo de reino espiritual eventualmente ganará un poder político temporal, y este poder político-espiritual es el que permitirá al cuerpo de Yeshúa gobernar y reinar sobre todos los dominios durante el milenio.
Como vimos en estudio Israel Nazareno, dentro de las fronteras de Judea se entendía que la Torá es un “pacto matrimonial eterno”, por esto la secta Nazarena obediente a la Torá fue más popular dentro de Judea [que fuera de ella]. Sin embargo, fuera de Judea, no se entendía bien que la Torá era un pacto matrimonial eterno, por lo cual floreció la variación de la fe sin Torá llamada “Cristianismo”. Esta variación Cristiana de la fe sin Torá, se fusionó más tarde con el culto pagano del sol romano [Mitraísmo] para formar la fe Católica (“Universal”). Por lo tanto, podemos pensar en el Catolicismo como una variante de tercera generación.
Aunque los Católicos cambiaron los días de adoración, y la Torá, mantuvieron el concepto de un sacerdocio apartado, lo que les permitió mantener unidas todas sus asambleas a nivel mundial. No debemos perder de vista el hecho de que, fue por este sacerdocio apartado global, que Roma pudo establecer el dominio y autoridad sobre los reyes Cristianos de Europa y del mundo conocido. El poder espiritual de Roma era tan grande que antes de la Reforma Protestante, si Roma excomulgaba a un rey, su pueblo probablemente se rebelaría contra él y lo expulsaría. Este es el tipo de reino y dominio espiritual que Yeshúa quiere que preparemos, para recibirlo luego de que Babilonia-Roma caiga en la séptima trompeta.
Al igual que la Iglesia Católica tenía que estar bien organizada para ejercer este tipo de poder global, los Nazarenos también deben estar bien organizados. En El Gobierno de la Torá, mostramos el desarrollo de la autoridad espiritual y temporal dentro de Israel, desde los tiempos Edénicos hasta el primer siglo. En este estudio esperamos mostrar cómo debe verse un cuerpo bien ordenado, para recibir y emplear el tipo de autoridad que Yahweh planea otorgarnos después de la séptima trompeta, en justicia, juicio y amor.
La perspectiva para establecer el reino global de Yeshúa en nuestro tiempo debería emocionar a todos los que aman a Yeshúa, sin importar cuán grande o pequeño, alto o bajo. Sin embargo, curiosamente, aunque Elohim promete recompensar enormemente a todos los que le sirven en Espíritu y en verdad, no todos los Efraimitas les entusiasma esto, por asombroso que parezca. Quizás parte de esto sea atribuible a la naturaleza rebelde de Efraim.
Como vimos en Israel Nazareno, después de terminar los 1,260 años del cautiverio espiritual en Roma, los Efraimitas comenzaron a comparar sus prácticas de adoración con las Escrituras. Cuando los Efraimitas comenzaron a darse cuenta de que el modelo de Roma era corrupto, Efraim se separó primero de la iglesia Católica, y luego se separó de la iglesia Protestante. Ambas rupturas fueron necesarias, sin embargo, debido a que la ruptura con el sistema de la Iglesia había llevado al bien de ellos, hoy en día, algunos Efraimitas creen erróneamente que no debería haber ninguna estructura o autoridad religiosa (aun cuando en el Pacto Renovado se ordena). En el momento de escribir esto (en el año 2019), este ideal errado es incluso apoyado y defendido por maestros muy populares, quienes enseñan que no debemos tener ninguna organización, estructura o cobertura Bíblica en absoluto, a pesar de que su enseñanza está en violación directa de pasajes como Tito 1: 5.
Tito 1: 5
5 Por esta razón te dejé en Creta, para que corrigieras las cosas deficientes y designes ancianos en cada ciudad, como te lo ordené.
Muchos son los llamados, pero pocos escogidos. Algunos valorarán su libertad, dinero y tiempo más de lo que valoran la oportunidad de ayudar a construir un reino milenial para Yeshúa. Sin embargo, algunos serán escogidos para obedecer, y oración que este estudio ayude al remanente elegido a entender la forma en que Yeshúa quiere que todos usemos nuestras minas para Él, para que en el juicio escuchemos: “Bien hecho, ¡Siervo bueno y fiel! Entra en el gozo de tu Adon”.
Mattityahu (Mateo) 25:21
21 Su Adon [maestro] le dijo: “Bien, ¡buen siervo y fiel!; fuiste fiel en lo poco, te haré gobernante sobre muchas cosas. Entra en el gozo de tu Adon”.
Si deseas saber cómo dicen las Escrituras que debemos organizarnos para construir el reinado milenial de nuestro Esposo Yeshúa, por favor sigue leyendo nuestro estudio.