Anteriormente vimos cómo Yeshúa les dio a Sus discípulos una gran comisión de ir a todas las naciones y levantar más discípulos. Como veremos, estos discípulos debían servir como el cuerpo unificado de oficiales de Su ejército espiritual.
Mattityahu (Mateo) 28:18-20
18 Y Yeshúa se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.
19 “Vayan, pues, y hagan discípulos en todas las naciones, sumergiéndolos en Mi Nombre*;
20 enséñenles a guardar todas las cosas que les he mandado; y he aquí, Yo estoy con ustedes siempre, y hasta el fin de los tiempos”. Amén.
[Para ver por qué nos sumergimos solo en el nombre de Yeshúa, consulte “Inmersión solo en el nombre de Yeshúa”, en Estudios Escriturales Nazarenos, Volumen 3 ].
El ejército de Yeshúa no solo predicó las Buenas Nuevas a los cautivos espirituales de Judah y Efraim en todas las naciones, sino que también proporcionó liderazgo espiritual mundial entre quienes lo aceptaron.
¿Pero cómo se supone que deben organizarse los sacerdotes de Yeshúa? En Efesios 4, El apóstol Shaul (Pablo) nos dice que Elohim mismo dio cinco diferentes dones ministeriales, los que son llamados como: apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros. Todos sus ministros deben trabajar juntos como uno en lo que se es llamado “el orden ministerial quíntuple”.
Efesim (Efesios) 4:11-16
11 Y él mismo constituyó a algunos para que sean apóstoles, algunos profetas, algunos evangelistas, y algunos pastores y maestros,
12 para el equipamiento de los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo del Mesías,
13 hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Elohim, a un hombre perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud del Mesías;
14 para que ya no seamos niños, movidos de un lado a otro y llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por esquemas de hombres que usan astutas tramas engañosas,
15 sino que, hablando la verdad con amor, podamos crecer en todas las cosas en Aquel que es la cabeza: el Mesías
16 de quien todo el cuerpo, concertado y unido por lo que provee cada articulación que, de acuerdo con el trabajo de cada miembro, causa el crecimiento del cuerpo para la edificación de sí mismo en amor.
El gobierno de Yeshúa no es diferente a nuestros gobiernos terrenales; todos los diferentes tipos de trabajadores tienen que trabajar juntos.
Si eres un gran rey, y tienes 144.000 ovejas, y tienes doce pastores que trabajan para ti, quieres que uno de ellos tome la iniciativa y coordine las acciones de los otros once. Luego puede asignarles a los que son buenos en la crianza de heno, para trabajar en el heno; asignarles a los que son buenos en la reparación de graneros y hacer cercas para esas tareas; y tomar a los que son verdaderamente buenos con las ovejas para que atiendan las necesidades de las ovejas en el día a día. Su preocupación general es velar por los mejores intereses, pero hace esto atendiendo las necesidades del resto de los pastores menores, quienes a su vez atienden las necesidades de las ovejas. La organización juega un papel clave para hacer que las cosas sucedan con máxima eficiencia.
Si no hay un sistema de organización central, los pastores menores no podrán operar con su máxima eficacia. En su lugar, terminarán discutiendo entre ellos para ver quién controla ciertas ovejas. Esto no ayuda a que los pastores cuiden las ovejas; esto lleva a una actitud de que “cada hombre vela por sí mismo” [o también podríamos decir “cada uno hace lo que bien le parece”]. Esta es la situación en el mundo protestante de hoy.
Todos están mejor atendidos cuando hay alguna forma de servicio gubernamental central. No es sorprendente que esto sea precisamente lo que exige el ministerio quíntuple. Debemos organizarnos por ministerios quíntuples hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe (verso 13, arriba). Esto no solo creará la verdadera unidad dentro de Su cuerpo, sino que también nos ayudará a crecer y madurar espiritualmente (es decir, ser más agradables a Yeshúa).
Satanás odia el ministerio quíntuple, precisamente porque conduce a más novias espiritualmente maduras. Satanás quiere que creamos que todo lo que debemos que hacer es sentarnos y aprender (haciendo nada). Si queremos agradar a nuestro Esposo, y ser tomados en matrimonio, entonces la Gran Comisión y el ministerio quíntuple no son opcionales. Si no realizamos la Gran Comisión por medio del ministerio quíntuple, entonces no estamos obedeciendo a nuestro Esposo. Y, por lo tanto, no podemos esperar ser tomados en matrimonio.
Yeshúa les dijo a Sus seguidores que si simplemente escuchan lo que Yeshúa dijo que hicieran, pero no lo hacen, serían como un hombre que construyó su casa sobre la arena, y grande sería la pérdida de su casa.
Luqa (Lucas) 6:46-49
46 “¿Pero por qué me llamas Adon, Adon (señor, señor), pero no haces las cosas que digo?
47 El que viene a mí, y oye mis palabras y las cumple, yo te mostraré a quién es semejante:
48 Es como un hombre que está construyendo una casa, que cavó hondo y puso el cimiento sobre la roca. Y cuando el diluvio se levantó, la corriente golpeó con vehemencia contra esa casa, y no pudo sacudirla, porque estaba fundada sobre la roca.
49 Pero el que oyó y no hizo nada es como un hombre que construyó una casa en la tierra sin fundamento, contra la cual la corriente choca vehementemente; e inmediatamente cayó. Y la ruina de esa casa fue grande”.
Si queremos ser tomados por esposas, tenemos que mantener nuestra parte del pacto matrimonial. Es decir, no solo tenemos que aprender qué es lo que nuestro Esposo quiere que hagamos; también tenemos que hacerlo con entusiasmo, y así cuando Yeshúa regrese estará complacido.
Yeshúa quiere que trabajemos juntos, como un todo. Esto no es fácil, pero la unidad en el cuerpo no es opcional. El apóstol Shaul compara el cuerpo de Yeshúa con un cuerpo humano, y ningún cuerpo humano puede sobrevivir si sus partes no están en contacto entre sí, hasta el punto donde hay intercambio de fluidos corporales. Las separaciones en el cuerpo no le agradan a Yeshúa.
Qorintim Alef (1 Corintios) 12:13-26
13 Porque por un Espíritu fuimos todos sumergidos en un solo cuerpo, ya fueran Judíos o Griegos, ya fueran esclavos o libres, y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu.
14 Porque de hecho, el cuerpo no es un miembro, sino muchos.
15 Si el pie dijera: “Porque no soy mano, no soy del cuerpo”, no por esto deja de ser del cuerpo
16 Y si la oreja dijera: “Porque no soy ojo, no soy del cuerpo”, no por esto deja de ser del cuerpo.
17 Si todo el cuerpo fuera ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo fuera oído, ¿dónde estaría el olfato?
18 Pero ahora Elohim ha puesto los miembros, cada uno de ellos en el cuerpo como Él quiso.
19 Y si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo?
20 Pero ahora hay muchos miembros, pero un solo cuerpo.
21 Y el ojo no puede decir a la mano: “No te necesito”; ni la cabeza a los pies, “No te necesito”.
22 por el contrario, esos miembros del cuerpo que parecen ser más débiles son necesarios.
23 Y aquellos miembros del cuerpo que pensamos que son menos honorables, a estos otorgamos mayor honor; y nuestras partes íntimas tienen mayor decoro,
24 ya que nuestras partes presentables no tienen necesidad. Pero Elohim compuso el cuerpo, dando mayor honor a la parte a la cual le faltaba,
25 a fin de que no haya división en el cuerpo, sino que los miembros tengan el mismo cuidado los unos por los otros.
26 Y si un miembro sufre, todos los miembros sufren con él; o si un miembro es honrado, todos los miembros se regocijan con él.
En siglos pasados, el papado tenía un inmenso poder sobre las naciones Cristianas. Si el Papa excomulgaba a un rey Cristiano por mala conducta, ese rey podría perder su reino. Aunque el papado abusó de este poder, este es el tipo de autoridad al que las Escrituras nos llaman.
Algunos temen a la unidad debido a los abusos que hubo en el pasado. Afirman que no deberíamos organizarnos ni unificarnos porque la iglesia ya está organizada y unificada. Para apoyar su argumento, a menudo citan Apocalipsis 18: 4, que nos dice que salgamos de la iglesia, no sea que compartamos sus pecados y recibamos de sus plagas.
Hitgalut (Apocalipsis) 18:4
4 Y oí otra voz del cielo que decía: Salgan de ella, pueblo mío, no sea que participen de sus pecados, y reciban de sus plagas.
El problema con este argumento es que la organización y la unidad no son lo que hacen que una iglesia sea una iglesia. De hecho, hay muchas iglesias que no tienen liderazgo u organización. Más bien, lo que define a una iglesia falsa es una doctrina falsa (teología de reemplazo). Además, no deberíamos evitar la organización, porque las Escrituras nos ordenan que nos organicemos. Efesios 2:20 nos dice que el templo de Yeshúa está supuesto a ser construido sobre una base de apóstoles y profetas.
Efesim (Efesios) 2:19-22
19 Ahora, pues, ya no son peregrinos ni extranjeros, sino ciudadanos con los santos y miembros de la casa de Elohim,
20 habiendo sido edificados sobre el [único] fundamento de los apóstoles y profetas, siendo
Yeshúa el Mesías la principal piedra angular,
21 en el cual todo el edificio, bien unido, se convierte en un templo [singular] apartado en Yahweh,
22 en el cual tú también estás siendo edificado para una morada de Elohim en el Espíritu.
En El Gobierno de la Torah explicamos que la razón del fundamento apostólico es para levantar apóstoles y profetas, y es precisamente porque estas son las dos clases de ministros que pueden escuchar la voz de Yahweh. Esta es la clave de todo. Si escuchamos diligentemente la voz de Yahweh, entonces sabemos cómo obedecer la Torah de Melquisedec de Yeshúa; y si no escuchamos Su voz, sino que somos guiados por nuestro propio intelecto, entonces simplemente estamos siguiendo otra religión legalista hecha por hombres. Confiar en la mente humana no funcionó para los Fariseos, y tampoco funcionará para nosotros.
Kefa (Pedro) nos dice que la casa de adoración de Yeshúa se construirá con piedras vivas, que escuchan y obedecen Su voz.
Kefa Alef (1 Pedro) 2:4-6
4 Viniendo a Él como a una piedra viva, rechazada por los hombres, pero preciosa y elegida por Elohim,
5 También ustedes, como piedras vivas, están siendo edificados como una casa espiritual, un sacerdocio apartado, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables para Elohim a través de Yeshúa el Mesías.
6 Por lo cual, también está escrito en la Escritura: “He aquí, Yo puse en Sion la principal piedra angular, escogida, preciosa; y el que cree en Él, de ninguna manera será avergonzado”.
Para construir un templo de piedra, lo primero es establecer los cimientos, luego son levantadas las paredes. Una vez que el techo está arriba, hay un espacio adentro donde las personas pueden asistir y adorar. Esta analogía describe cómo los ministros quíntuples de Yeshúa deben trabajar juntos. Una vez que los apóstoles y los profetas ya se han unido para formar el fundamento apostólico, los evangelistas, pastores y maestros deben unirse a los apóstoles y profetas, y tomar su lugar en ese fundamento apostólico. Solo cuando todos se juntan en el orden correcto, se construye un templo viviente, donde la gente puede venir y adorar.
No es bueno que los ministros de Yeshúa establezcan ministerios independientes. Es como si los sacerdotes Levitas hubieran establecido templos independientes (y rivales) en Jerusalem. La única forma en que Yahweh estaría complacido con ellos es si todos los sacerdotes y Levitas operaran juntos, bajo la dirección del sumo sacerdote terrenal. Cualquier forma distinta no habría sido efectiva o eficiente, y no habría llevado a la unidad de la nación.
Mientras estemos en la dispersión, ciertamente habrá más de un lugar para adorar, pero el liderazgo necesita trabajar en conjunto. Esa es la única forma en que podemos seguir siendo un cuerpo, una nación, un pueblo y, por lo tanto, una fuerza de combate unificada.
En los próximos capítulos veremos cómo los apóstoles se unieron para mantener unidas a las personas bajo una sola doctrina, a pesar de que se encontraban en muchas naciones diferentes del mundo.