La relación entre la iglesia Cristiana e Israel Nazareno es compleja. Más adelante en este libro mostraremos que la iglesia Cristiana cumple con las profecías sobre el Misterio de Babilonia, que también es descrita como la ramera (Apocalipsis 17). Ella es una ramera porque no mantiene el pacto matrimonial (la Torah).
En la Escritura, muchas cosas son como una “espada de doble filo” que corta en ambos lados. Por un lado, los Cristianos son Su pueblo, y, por otro, los Cristianos no son Su pueblo (al menos hablando en el sentido más pleno). Se necesita un poco de madurez espiritual para ver a los Cristianos por lo que son y amarlos, en vez de condenarlos, porque es sólo cuando amamos a alguien (sean Cristianos, Judíos, o nuestros primos Islámicos o personas seculares) que en última instancia podemos acercarlos a la verdad.
Yeshúa le dijo a la mujer en el pozo que los “verdaderos” adoradores deben adorar a Su Padre no sólo en Espíritu, sino también en verdad. Este es un principio increíblemente importante.
Yojanán (Juan) 4: 21-24
21 Y Yeshúa le dijo: Mujer, créeme, vendrá la hora en que ni en este monte ni en Jerusalem adorarán al Padre.
22 Ustedes [los samaritanos] adoran lo que no saben; Nosotros sabemos lo que adoramos, porque la salvación [literalmente: Yeshúa] viene de los Judíos.
23 Pero la hora viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad; Porque el Padre busca que tales personas le adoren.
24 Elohim es Espíritu, y los que le adoran deben adorar en espíritu y en verdad”.
Cuando Yeshúa habló de la verdad, Él probablemente hablaba de la definición Escritural (que es la Torah).
Tehilim (Salmos) 119: 142
142 Tu justicia es justicia eterna, y Tu Torah es la verdad.
Para ser verdaderos adoradores, necesitamos adorar al Padre tanto en el Espíritu como en la Torah. Si no adoramos tanto en el Espíritu como en la Torah, entonces estamos en el camino amplio y fácil que conduce a la destrucción.
Mattityahu (Mateo) 7: 13-14
13 “Entren por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta y espacioso es el camino que conduce a la destrucción, y hay muchos que entran por ella.
14 Pero estrecha es la puerta y tribulación es el camino que lleva a la vida, y son pocos los que la encuentran”.
Es absolutamente esencial escuchar la voz del Espíritu momento a momento, y caminar de acuerdo a esto. Sin embargo, sólo siete versículos más tarde (en el mismo contexto general), Yeshúa nos advierte que habrá un gran grupo de personas que lo llaman “Señor” que no entrará en el reino de los cielos.
Mattityahu (Mateo) 7: 21-23
21 No todo el que me dice: ¡Señor, Señor!, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de Mi Padre que está en los cielos.
22 Muchos me dirán en aquel día: ¡Señor, Señor!, ¿no hemos profetizado en Tu nombre, echado fuera demonios en Tu nombre, y hecho muchas maravillas en Tu nombre?
23 Y les declararé: Nunca los conocí; ¡Apártense de Mí, ustedes que practican iniquidad [sin-Torah]!”.
Esto puede ser difícil de aceptar para algunos, pero los cristianos son el único grupo de personas que se ajusta a esta lista de criterios, ya que ellos son el único grupo que:
- Son muchos.
- Lo Llaman Señor.
- Profetiza en Su nombre.
- Expulsa demonios en Su nombre.
- Hacen muchas obras de poder en Su nombre.
- Practican iniquidad (no guardan la Torah).
Lo que Yeshúa está diciendo aquí es que; aun si profetizamos en Su nombre, echamos fuera demonios en Su nombre, y hacemos muchas obras poderosas en Su nombre, si practicamos la iniquidad/maldad (es decir, no intentamos guardar la Torah), iremos a la destrucción, porque no estamos tratando de mantener Su pacto matrimonial.
Pero ¿por qué Yeshúa rechazaría a los Cristianos, cuando ellos son, en gran parte, responsables de difundir la Buena Nueva de Él a los cuatro rincones de la tierra? Como veremos en los próximos capítulos, la Cristiandad es sólo un paso intermedio en el gran plan de salvación de varios pasos para toda la humanidad. Fue un paso muy importante, pero todavía un paso. Si tomamos uno o dos pasos en un largo viaje y luego nos detenemos, nunca completaremos el viaje, o, en este caso, nunca completaremos la transformación espiritual. Dejaremos de aprender a adorar al Padre tanto en Espíritu como en Verdad (Torah). Eso significa que perderemos la meta.
Si decimos que permanecemos en Yeshúa, entonces necesitamos caminar de la forma en que lo hizo Yeshúa.
Yojanán Alef (1 Juan) 2: 6
6 El que dice que permanece en Él, también debe andar como Él anduvo.
Ninguno de nosotros será perfecto como lo fue Yeshúa mientras caminaba en la tierra, pero es esencial que lo intentemos. Debemos intentar mantener el pacto marital, caminando con tanto amor por Él como nos sea posible. Es esencial caminar en el Espíritu, pero también es esencial que guardemos la verdad/Torah.
La fe Nazarena se extendió más rápidamente dentro de la tierra de Israel que el cristianismo, porque los Judíos en la tierra entendían que la Torah es un pacto matrimonial. Los Nazarenos en la tierra eran “celosos de la Torah”, así como Yaakov (Santiago) también lo dijo.
Ma’asei (Hechos) 21:20
20 Y al oír esto, glorificaron a Yahweh. Y le dijeron: Hermano, ve cuántas miríadas de Judíos hay que han creído, y todos son celosos por la Torah.
Fuera de la tierra de Israel, sin embargo, es otra la historia. Los Judíos Helenizados no eran celosos por la Torah, y los gentiles no entendían que la Torah es una alianza nupcial; Así que fue mucho más fácil para los Judíos y gentiles Helenizados aceptar el Cristianismo sin-ley, ya que prometió las mismas recompensas eternas, pero con menos trabajo.
Aunque el Cristianismo sin Torah no es la fe original, cumple una función importante. Hace que sea más fácil para los gentiles aceptar la fe en un Mesías Judío, aunque no entiendan la necesidad de guardar Su pacto. El Cristianismo es, por lo tanto, un vehículo imperfecto que puede llevar a los gentiles a relacionarse con Yeshúa. Incluso si la relación no es perfecta, los acerca a Él más que antes.
Es esencial que entendamos este principio de acercar a las personas, o de alejarlas. Cuando algo acerca a las personas a Yeshúa, incluso de una manera imperfecta, lo toleramos, porque al final los acerca a nuestro Esposo.
Marqaus (Marcos) 9: 38-40
38 Yojanán (Juan) le respondió: “Maestro, vimos a alguien que no nos sigue expulsando demonios en Tu nombre, y se lo prohibimos, porque no nos sigue”.
39 Mas Yeshúa dijo: No se lo prohíban, porque nadie que haga milagros en Mi nombre, puede luego hablar mal de Mí.
40 Porque el que no está contra nosotros está de nuestro lado.
A la vez, cuando alguien (por lo general un líder o un maestro) aleja a las personas de Yeshúa, tenemos que tener en cuenta que estos no son nuestros amigos.
Luqa (Lucas) 11:23
23 El que no está conmigo está contra mí, y el que no recoge conmigo, desparrama.
Esta es la razón por la que es más fácil amar a los cristianos sin Torah (que son engañados) que a amar a los líderes y maestros Cristianos sin Torah (que están engañando). A pesar de que los líderes y maestros Cristianos también han sido engañados, las Escrituras son mucho más estrictos con ellos.
Yaakov (Santiago) 3: 1
3 Hermanos míos, no sean muchos de ustedes maestros, sabiendo que recibiremos un juicio más estricto.
Después de que los Romanos exiliaron a los Judíos de la tierra de Israel, para los Nazarenos fue un tiempo mucho más difícil. La gente generalmente sigue el principio del menor esfuerzo, por esto la fe Cristiana sin-Torah fue mucho más atractiva para los gentiles y los Judíos Helenizados, porque prometió la misma recompensa con menos esfuerzo. Por esto, el Cristianismo se fortaleció, y la fe Nazarena comenzó a menguar.
A medida que el Cristianismo comenzó a crecer, entraron en juego otras fuerzas que lo modificaron. En el siguiente capítulo veremos cómo el emperador Romano Constantino, tomó el Cristianismo sin-Torah, y lo combinó con el culto al sol Romano de entonces para formar la Iglesia Católica (Universal), que era, y aún hoy lo es, otro vehículo de transición para volver, finalmente, a la fe original.