Anteriormente vimos cómo Yahweh tomó a Israel de una sola familia donde el patriarcado llenó los tres oficios gubernamentales, a una única familia donde el patriarcado dio los diezmos a través de Melquisedec. Entonces vimos cómo Yahweh llevó a Israel a Egipto para hacerlos una nación grande y poderosa bajo un rey externo, y cómo luego envió a Moshé y Aharon a Israel para que los tres oficios gubernamentales pudieran ocuparse nuevamente dentro de la nación (aunque como oficios separados). Y una vez que los tres oficios se llenaron de nuevo dentro de la nación, Israel podría salir de Egipto.
Entonces, Yahweh le dio a Israel la Torá, que instruyó a Israel a apoyar su nuevo sacerdocio (interno). La Torá también instruyó a los sacerdotes a supervisar la recolección y la distribución del tercer diezmo, que proporcionaría una red de seguridad para los necesitados. En capítulos posteriores veremos que Yahweh le dijo a Israel que tendrían un rey apartado (líder militar). Sin embargo, Israel no debía elegir a este rey con su propia sabiduría humana. Más bien, debían buscar al rey escogido por Yahweh (es decir, dejar que Yahweh escogiera a este rey para ellos).
Devarim (Deuteronomio) 17: 14-15
14 “Cuando entres a la tierra que Yahweh tu Elohim te da, y la poseas y habites en ella, y digas: “Pondré un rey sobre mí, como todas las naciones a mi alrededor”.
15 Ciertamente establecerás rey sobre ti, a quien Yahweh tu Elohim escoja; de entre tus hermanos pondrás rey sobre ti; no puedes establecer a un extranjero sobre ti, que no sea tu hermano”.
Solo puede haber un rey a la vez. Si hubiera más de un rey, la nación seguiría a dos líderes diferentes (por lo tanto, habría más de una nación).
Marqaus (Marcos) 3: 24-25
24 “Si un reino está dividido contra sí mismo, ese reino no puede permanecer.
25 Y si una casa está dividida contra sí misma, esa casa no puede permanecer”
El mismo principio es válido para el sacerdocio. Si hay más de un sacerdocio, eventualmente habrá más de una nación, porque el sacerdocio es el oficio que conduce a la nación a adorar al mismo elohim. Es decir, conducen la unión espiritual de la nación.
Desde la época de la ilustración (el Luciferismo), la distinción entre naciones y países se ha difuminado; pero en las Escrituras, un grupo religioso es una nación (a diferencia de un país, que es una tierra). En las Escrituras, la nación de Israel consiste en aquellas personas que adoran y obedecen al Elohim de Israel, independientemente de dónde vivan (por eso somos “Israelitas Nazarenos”, incluso si no tenemos la oportunidad de vivir en la tierra de Israel en este momento).
Cuando Ruth comenzó a adorar al Elohim de Israel, en ese momento ella se convirtió en Israelita. (Ella cruzó la frontera y luego fue a su nueva tierra legítima).
Rut (Ruth) 1:16
16 Pero Rut dijo: “No me ruegues que te deje, ni que me apartaré de ti, porque iré a donde sea que vayas, y dondequiera que vivas, viviré; tu pueblo será mi pueblo, y tu Elohim será mi Elohim”
En el estudio Israel Nazareno vimos como el rey Jeroboam dirigió al reino del norte de Efraim lejos del hijo de Salomón, el rey Roboam (del reino del sur de Judá) y estableció su propia religión (con su propio sacerdocio). Intuitivamente comprendió que, si la gente seguía subiendo a Jerusalem cada año, su lealtad finalmente regresaría al Rey Roboam.
Melajim Alef (1 Reyes) 12: 26-30
26 Y Jeroboam dijo en su corazón: “Ahora el reino podría volver a la casa de David [Judá].
27 Si este pueblo sube para ofrecer sacrificios en la casa de Yahweh en Jerusalem, entonces el corazón de este pueblo volverá hacia Roboam, rey de Judá; y me matarán, y volverán a Roboam, rey de Judá”.
28 Entonces el rey pidió consejo, e hizo dos becerros de oro, y dijo a la gente: “Es demasiado para ustedes subir a Jerusalem [para las fiestas]. ¡Aquí está tu elohim, oh Israel, que te sacó de la tierra de Egipto!”
29 Y puso uno en Bet-el, y el otro lo puso en Dan.
30 Y esto se convirtió en causa de pecado, porque el pueblo iba a adorar delante de ellos hasta Dan.
[A los ojos de Yahweh, si hay más de un sacerdocio, hay más de una fe, y si hay más de una fe, hay más de una nación. Para que Israel Nazareno sea una nación única (en todos los países), debe haber un solo sacerdocio].
Judá se enfrentó a problemas similares. En Israel Nazareno vimos que después de que Efraim entró en la dispersión Asiria, los Judíos entraron al exilio en Babilonia. Pero también vemos que la Torá de Moshé les dice a los hijos de Israel que traigan sus diezmos al lugar donde Yahweh escogió para hacer morar allí Su nombre (que era Jerusalem, no Babilonia). Y como Judá estaba en Babilonia y ya no había templo, el pueblo habría dejado de entregar sus diezmos. Nosotros sabemos que ningún sacerdocio puede sobrevivir sin financiamiento, por lo que el orden Levítico habría comenzado a colapsar. Y sin un liderazgo espiritual, el pueblo pronto comenzaría a asimilarse y llegaría a ser espiritualmente Babilónico. Los grandes hombres de la época tuvieron que encontrar algún medio para financiar el liderazgo espiritual, para que la gente se aferrara a sus identidades Judías, pero ¿cómo?
En la Torá de Moshé, vemos que Yahweh dio Sus instrucciones (Torá) a los hijos de Israel, y que el trabajo de los Levitas es enseñar la Torá de Yahweh al pueblo. A cambio de este servicio, Yahweh les da a los Levitas los diezmos, los dones y las ofrendas del pueblo, para que tengan los recursos necesarios para hacer su trabajo. Si los Judíos esperaban regresar a Jerusalem algún día, ellos no querrían cambiar el lugar de adoración en sus pergaminos escritos de la Torá a Babilonia (similar a lo que el Rey Jeroboam había hecho). En cambio, comenzaron a enseñar que, además de la Torá escrita, Yahweh también había dado la llamada “Torá Oral” a Israel, y que esta supuesta Torá Oral es aún más autoritaria que la Torá escrita. Y aún más importante, comenzaron a enseñar no que era deber de los Levitas enseñar fielmente y cuidadosamente la Torá escrita de Yahweh, sino que, en cambio, Yahweh había dado a los grandes hombres (rabinos) de la época la autoridad para establecer lo que ellos llaman l“La Ley de la Torá” para su generación.
Observa el cambio sutil pero crítico que tuvo lugar en la formación del orden rabínico. En lugar de ver a los Levitas llevando a cabo fielmente lo que Yahweh había ordenado, ahora ellos enseñaban que se les había dado “la autoridad” para establecer “La Ley de la Torá” para su época, de acuerdo con su propio entendimiento. Esto efectivamente elevó a los rabinos a la posición de semidioses, cuyas opiniones son al menos iguales (si no mayores) que las de Yahweh.
Si bien las enseñanzas rabínicas son idolatría, en cierto sentido, fueron mejores que nada, ya que proporcionaron alguna forma de continuidad espiritual mientras Judá estaba en el exilio Babilónico. Si los rabinos hubieran vuelto a obedecer la Torá de Yahweh cuando regresaron a la tierra de Israel, y si hubieran restablecido el orden Levítico original, entonces las Escrituras podrían pintar a los rabinos como los héroes que se levantaron cuando la ocasión de los tiempos difíciles lo exigieron. Sin embargo, incluso después de que los Judíos regresaron a la tierra de Israel, los rabinos no renunciaron a su poder, y continuaron enseñando a la gente a obedecerlos, en lugar de a la Torá de Yahweh. Y es por eso que Yahweh finalmente tuvo que enviar a Su Hijo para derrocar el orden rabínica.
Pero incluso si los rabinos hubieran restaurado el orden Levítico original, Yeshúa aun tendría que haberlos reemplazado con una orden renovada de Melquisedec. Como vimos en el primer capítulo, Yeshúa fue enviado como el Mesías Príncipe. Su misión era reunir en uno a los hijos de Elohim que estaban dispersos en el mundo.
Yojanán (Juan) 11: 51-52
51 Y esto no lo dijo por su propia autoridad; sino que siendo sumo sacerdote ese año, profetizó que Yeshúa moriría por la nación,
52 y no solo por la nación, sino también para reunir en uno a los hijos de Elohim que fueron dispersados en el mundo.
En términos militares, era hora de que los Israelitas dejaran de conducir una guerra defensiva que se unificaba alrededor de un templo físico. Era hora de tomar la ofensiva espiritual, liberando a los cautivos espirituales en todas las naciones para adorar a Yahweh, y guardar Su Torá (en lugar de un sustituto).
Luqa (Lucas) 4:18
18 “El Espíritu de Yahweh está sobre Mí, porque Me ha ungido para predicar las buenas nuevas a los pobres, me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón, a proclamar libertad a los cautivos y a dar vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos …”
Los rabinos esperaban que el Mesías Príncipe viniera como un comandante militar. Sin embargo, no se dieron cuenta de que parte de Su misión era poner en libertad a aquellos que estaban oprimidos por su espíritu rabínico Babilónico. (que enseñaba a la gente a obedecer la voz de los rabinos, en lugar de a la voz de Yahweh).
Recordando que Yahweh trabaja generacionalmente, examinemos la progresión de los sacerdocios hasta la primera venida de Yeshúa.
1. Un sacerdocio patriarcal interno.
2. Un sacerdocio de Melquisedec externo.
3. Un sacerdocio interno de primogénitos.
4. Un sacerdocio Levítico interno.
5. Un sacerdocio rabínico interno.
6. Un sacerdocio interno de Melquisedec.
Cuando Elohim derrocó el orden rabínico, levantó una orden renovada de Melquisedec, para que aun hubiera alguien que realizara los sacrificios y las ofrendas por el pueblo. Como veremos, este sacerdocio renovado de Melquisedec es el sacerdocio Israelita Nazareno, que es un gran salto adelante en el desarrollo de los tres oficios de liderazgo, porque los apóstoles de Melquisedec pueden ocupar los tres oficios del gobierno.
[En otros estudios, mostraremos cómo esta orden interna de Melquisedec comenzó en los días del Rey David, quien era tanto un rey como un sacerdote Melquisedec. Por eso el orden de Melquisedec es un orden de reyes y sacerdotes. Sin embargo, debido a que este sacerdocio Davídico tuvo una vida muy corta, en este estudio nos estamos enfocando principalmente en el orden de Melquisedec que inició Yeshua].