En este libro, queremos contar la historia del hijo menor de Yosef (José), un hombre llamado Efraim (Efraín). Irónicamente, aunque la mayoría de ellos no lo saben, muchos de los cristianos descienden de Efraim tanto espiritual como físicamente. Sus descendientes son llamados Efraimitas, y muchas de las profecías sobre Efraim se están cumpliendo actualmente. Una vez que comprendamos estas profecías, las noticias que escuchamos diariamente serán mucho más fáciles de entender para nosotros, también se nos hará más fácil obedecer al Mesías Yeshúa (a quien algunos llaman a Jesús) de una manera que no es posible obedecerlo antes de entender y creer lo que dicen las profecías.
Este libro está escrito como un estudio. Si bien expondremos los pasajes bíblicos relevantes aquí, esperamos que pueda verificar estas cosas en sus propias Escrituras, como también lo hicieron los nobles de Berea.
Ma’asei (Hechos) 17: 10-11
10 Entonces los hermanos inmediatamente enviaron a Shaul [Pablo] y a Silas de noche a Berea. Cuando llegaron, entraron en la sinagoga de los judíos.
11 Estos eran más nobles que los de Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, y escudriñaban las Escrituras cada día para ver si estas cosas eran así.
Aunque Efraim no aparece hasta casi el final de Génesis, comenzaremos por el principio, para que así la línea cronológica de la historia sea más fácil entender. Todo el libro de Génesis también se debe considerarse profético, ya que establece patrones que se repiten a lo largo de toda la Escritura. Uno de estos patrones es que, Adán y Havvah (Eva) podrían seguir viviendo en la tierra del Creador Yahweh (Jehová) mientras obedecieran Sus mandamientos. Sin embargo, cuando desobedecieron Sus mandamientos, fueron expulsados de Su tierra.
B’reisheet (Génesis) 3:24
24 Entonces él expulsó al hombre; y colocó querubines al este del jardín del Edén, y una espada encendida que giraba por todos lados, para proteger el camino al árbol de la vida.
La caída del favor de Yahweh (gracia) de parte de Adán y Havvah puso en movimiento una larga cadena de eventos, que eventualmente conducirían en una oferta de salvación a toda la humanidad a través del Hijo de Yahweh, Yeshúa. Veremos cómo Efraim juega un papel clave en este proceso restaurativo, pero primero necesitamos saber más acerca de los patriarcas.
Noaj (Noé) tuvo tres hijos, Shem (Sem), Ham (Cam), and Yéfet (Jafet).
B’reisheet (Génesis) 5:32
32 Y Noaj tenía quinientos años, y Noaj engendró a Shem, Ham y Yéfet.
Los descendientes de Shem llenaron el Medio Oriente, y también se extendieron al este en Asia y América. El nombre de Shem es el Strong es OT: 8034, que significa nombre, tanto en el sentido de una denominación (pronunciación), como también en el sentido de honor, reputación o renombre.
OT:8034 shem. palabra primaria [tal vez más bien de H7760 mediante la idea de def. y posición conspicua; Compárese con H8064]; apelación, como marca o memorial de individualidad; por impl. honor, autoridad, carácter: célebre, conocido, fama, famoso, ilustre, lista, nombrar, nombre, renombre.
Los descendientes de Yéfet se extendieron hacia el norte en Europa. El nombre Yéfet es el OT de Strong: 3315, y se refiere a la expansión.
OT:3315 Yéfet. de H6601; expansión; Jefet, un hijo de Noaj; también su posteridad: Jafet.
La naturaleza expansiva de Yéfet ayuda a explicar por qué los cristianos europeos eran imperialistas. Por brutal que sea el imperialismo, veremos que Yahweh usó a Yéfet para difundir las Buenas Nuevas de la salvación en Yeshúa a muchas otras naciones (de esta forma Yahweh lo usó para bien).
Ham primero fue al sur, a África. El nombre Ham (Cam) se refiere a un clima cálido y tropical.
OT:2526 kham. Lo mismo que H2525; cálido (del hábitat tropical); Ham, un hijo de Noaj; también (como patronímico) sus descendientes o su país: Ham.
En una de las profecías de mayor alcance en todas las Escrituras, fue cuando Noaj profetizó que los hijos de Yéfet (Europa) algún día habitarían en las tiendas de Shem (es decir, en el Medio Oriente).
B’reisheet (Génesis) 9:27
27 “Engrandezca Elohim [Dios] a Yéfet, y que more en las tiendas de Shem; Y que Canaán sea su siervo”.
Más tarde veremos que cuando esto suceda, muchos de los hijos de Efraim regresarán a casa al mismo tiempo, en la gran cosecha profetizada por Yeshúa el Mesías.
Mattityahu (Mateo) 8:11
11 “Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente, y se sentarán con Abraham, Yitzjak [Isaac] y Ya`akov [Jacob] en el reino de los cielos”.
Mientras que Noaj obedeció la orden de Yahweh de construir un arca para salvarse a sí mismo y a su familia, a Abram (más tarde Abraham) se le dijo que abandonara su hogar y la casa de su padre, a pesar de que su padre todavía estaba vivo.
B’reisheet (Génesis) 12: 1-3
1 Ahora Yahweh le había dicho a Abram: “Sal de tu tierra, de tu familia y de la casa de tu padre, a la tierra que Yo te mostraré.
2 Te haré una nación grande; Te bendeciré y engrandeceré tu nombre; Y serás una bendición.
3 Bendeciré a los que te bendigan, y maldeciré al que te maldice; Y en ti serán benditas todas las familias de la tierra”.
Cuando Yahweh le dijo a Abram; “en ti todas las familias de la tierra serán bendecidas”, quiso decir que, eventualmente, cada familia en la tierra heredaría parte del ADN de Abram. Esto puede ser difícil de imaginar para la mayoría de las personas, pero si vertimos un cubo de tinte en una piscina, eventualmente el tinte circula a todas las partes de la piscina. Más adelante veremos que ha habido muchos de esos “cubos de tintura” en la historia, con los cuales los hijos de Israel han sido dispersados repetidamente en la piscina del mundo. Lo que esto significa es que, debido a que toda la humanidad ha heredado parte de la genética “literal” de Abraham, toda la humanidad está sujeta ahora a las promesas que se le han hecho a Abraham (y también a su nieto Yaakov).
Yahweh le dijo a Abram que tendría un heredero que vendría de su propio cuerpo.
B’reisheet (Génesis) 15: 4
4 Y he aquí, vino a él palabra de Yahweh, diciendo: Este no será tu heredero, sino que te heredará uno que vendrá de tu propio cuerpo.
Sin embargo, diez años más tarde, cuando su esposa Saraí (Sara) aún no había concebido, ella trajo a su sirvienta egipcia Hagar a Abram, para tener un hijo de ella.
B’reisheet (Génesis) 16: 3-4
3 Entonces Saraí, la esposa de Abram, tomó a Hagar su sirvienta, la egipcia, y la dio a su esposo Abram para que fuera su esposa, después de que Abram había vivido diez años en la tierra de Canaán.
4 Y entró en Hagar, y ella concibió. Y cuando vio que ella había concebido, despreció a su ama en sus ojos.
El hecho de que Hagar era egipcia nos dice que ella mantuvo una de las religiones practicadas en Egipto en ese momento. Sin embargo, además de los dioses incluidos en el antiguo panteón egipcio, a los comerciantes extranjeros se les permitía adorar a sus propios dioses (porque el comercio generaba ingresos para el rey). Los mercaderes hindúes viajaban de la India a Egipto a lo largo de la antigua Ruta de la Seda, y establecían centros de adoración en aquellos lugares a donde los llevaban sus viajes comerciales. Algunos creen que Hagar pudo haber sido hindú, porque los hindúes no tienen reparos en vender a sus hijas como esclavas. Si este fuera el caso, ayudaría a explicar un sorprendente número de similitudes entre la adoración hindú de Shiva Lingham (piedra negra), y el Islam (que también adora una piedra negra, llamada Kaaba, que está en La Meca).
Después de que Hagar concibió, ella despreció a su ama Saraí (Sara), por lo que Saraí la trataba duramente, que resulto en el escapé de Hagar. Génesis 16: 7 nos dice que un mensajero (ángel) de Yahweh encontró a Hagar en un manantial de agua, que es un símbolo del Espíritu. El mensajero le dijo a Hagar que regresara y se sometiera a Saraí, quien simboliza a Israel. Esto nos da una pista (hebreo: remez) de que los musulmanes algún día también recibirán el espíritu (a través del Mesías Yeshúa).
B’reisheet (Génesis) 16: 6-9
6 Entonces Abram le dijo a Saraí: “Mira, tu sierva está en tu mano; haz lo que quieras con ella”. Y Saraí la trató duramente y ella huyó de su presencia.
7 Entonces el mensajero de Yahweh la encontró junto a un manantial de aguas en el desierto, la fuente en el camino a Shur.
8 Y él dijo: “Hagar, sierva de Saraí, ¿de dónde vienes y a dónde vas?” Ella dijo: “Estoy huyendo de la presencia de mi ama Saraí”.
9 El mensajero de Yahweh le dijo: “Regresa a tu ama, y sométete bajo su autoridad”.
Hagar tendría un hijo llamado Ismael. Él es el padre de aquellos que más tarde se convertirían en los musulmanes.
B’reisheet (Génesis) 16: 11-12
11 Y el mensajero de Yahweh le dijo: “He aquí, estás encinta, y darás a luz un hijo”. Y llamarás su nombre Yishmaél (Ismael), porque Yahweh ha escuchado tu aflicción”.
Luego Yahweh cambió el nombre de Abram a Abraham, y le dijo a Abraham que le daría la tierra de Canaán a él y a sus descendientes (incluido Yishmaél).
B’reisheet (Génesis) 17: 5-8
5 “Ya no se llamará tu nombre Abram, sino tu nombre será Abraham; porque Yo te he hecho padre de muchas naciones.
6 Te haré sumamente fructífero; y haré de ti naciones, y reyes saldrán de ti.
7 Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto eterno, de ser tú Elohim y el de tú descendencia después de ti.
8 También te daré a ti, y a tu descendencia después de ti, la tierra en la que ahora eres forastero, toda la tierra de Canaán, como posesión eterna; y Yo seré su Elohim”.
Sin embargo, Aun cuando Yishmaél algún día recibiría el Espíritu por medio del Mesías Yeshúa, el pacto debía venir a través del hijo de Sara, Yitzjak (Isaac).
B’reisheet (Génesis) 17: 19-21
19 Entonces Elohim dijo: “No, Sara, tu mujer, te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Yitzjak; Estableceré mi pacto con él por pacto perpetuo y con su descendencia después de él.
20 Y en cuanto a Yishmaél, te he oído. He aquí, lo bendeciré, y lo haré fructífero, y lo multiplicaré en gran manera. Él engendrará doce príncipes, y haré de él una gran nación.
21 Pero mi pacto lo estableceré con Yitzjak, el que Sara te dará a luz en este momento el año que viene”.
Cuando Yitzjak fue destetado, Yishmaél se burlaba de él. En el contexto de la herencia y la realeza, esto indicaba un posible asesinato futuro. Por lo cual, Sara le dijo a Abraham que enviara a Yishmaél lejos de Yitzjak.
B’reisheet (Génesis) 21: 9-10
9 Y Sara vio que el hijo de Hagar la egipcia, que había dado a Abraham, se burlaba.
10 Entonces ella dijo a Abraham: “Echa a esta esclava y a su hijo; porque el hijo de esta sierva no ha de heredar con mi hijo Yitzjak”.
Aunque Abraham estaba muy disgustado por esta situación, Yahweh le dijo que escuchara la voz de su esposa Sara, solo entonces él envió a Hagar e Yishmaél lejos. Sin embargo, el nombre Yishmaél significa “Elohim oirá”, por lo cual Elohim escuchó el clamor de Yishmaél. Por ello Elohim le mostró a Hagar un pozo de aguas (también simbólico de las aguas del Espíritu).
B’reisheet (Génesis) 21: 17-21
17 Y oyó Elohim la voz del muchacho. Entonces el Mensajero de Elohim llamó a Hagar desde el cielo y le dijo: “¿Qué tienes, Agar? No temas, porque Elohim ha oído la voz del muchacho en donde está.
18 Levántate, alza al muchacho y sostenlo con tu mano, porque haré de él una nación grande”.
19 Entonces Elohim abrió sus ojos, y ella vio un pozo de agua. Y ella fue y llenó el odre con agua, y dio de beber al muchacho.
20 Así que Elohim estaba con el muchacho; y creció y habitó en el desierto, y se convirtió en arquero.
21 Vivió en el desierto de Parán. Y su madre tomó esposa para él de la tierra de Egipto.
Paran se encuentra en la Península de Arabia Saudita, donde se encuentran Medina y la Meca, las cuales son la cuna del Islam.
El hijo de Sara, Yitzjak, luego tomó a Rivkah (Rebeca) como esposa. Rivkah concibió y dio a luz a gemelos, Esaú y Ya`akov (Jacob), los cuales luchaban entre ellos desde dentro del vientre de su madre.
B’reisheet (Génesis) 25: 22-23
22 Pero los hijos luchaban dentro de ella; y ella dijo, “Si todo está bien, ¿por qué estoy así?” Entonces ella fue a consultar a Yahweh.
23 Y Yahweh le dijo: “Dos naciones están en tu vientre, dos pueblos serán divididos desde tus entrañas; un pueblo será más fuerte que el otro, y el mayor servirá al menor”.
Debido a que Esaú nació primero, él heredó la primogenitura (es decir, el derecho a liderar, como un rey). Sin embargo, Esaú despreció su primogenitura, y lo vendió de una manera infame a Ya`akov por un plato de guisado.
B’reisheet (Génesis) 25: 30-34
30 Y Esaú dijo a Ya`akov: “Por favor, dame de comer ese estofado rojo, porque estoy cansado”. Por lo tanto, fue llamado Edom.
31 Pero Ya’akov le dijo: “Véndeme tu primogenitura a partir de este día”.
32 Y Esaú dijo: “Mira, estoy a punto de morir; Entonces, ¿qué es la primogenitura para mí?
33 Entonces Yaakov dijo: “Júramelo este día”. Así que le juró y le vendió su primogenitura a Yaakov.
34 Y Yaakov dio a Esaú pan y guisado de lentejas; luego él comió y bebió, se levantó y siguió su camino. Así menospreció Esaú su primogenitura.
La primogenitura y la bendición van de la mano, ya que la monarquía requiere los beneficios de la bendición con el fin de gobernar. Por esto Yaakov engañó a su hermano Esaú, por su bendición (Génesis 27). Debido a esto, Esaú odiaba a Yaakov, y pensaba en matarlo.
Génesis 27:41
41 Entonces Esaú odió a Yaakov por la bendición con que su padre lo bendijo, y Esaú dijo en su corazón: “Los días de luto por mi padre están cerca; entonces mataré a mi hermano Yaakov”.
En los tiempos de Tanaj (Antiguo Testamento), Esaú moraba en el sur de Jordania. Sin embargo, hoy el espíritu de Esaú mora en Roma, en la Iglesia Católica. La Iglesia Católica es un tipo de gemelo fraternal para Israel, ya que tanto la Iglesia Católica como Israel afirman descender del Padre en el cielo. Roma lucha contra Israel, e Israel también lucha con Roma. La razón por la que Esaú-Roma muestra tal favoritismo hacia el Islam es que Esaú se casó históricamente con la hija de Ismael Mahalath.
B’reisheet (Génesis) 28: 9
9 Entonces Esaú fue a Yishmaél y tomó a Mahalath, hija de Yishmaél, hijo de Abraham, hermana de Nebaiot, para que fuera su esposa, además de las mujeres que tenía.
Debido a que Esaú conspiró para matarlo, Yaakov huyó a Harán. Mediante un sueño, Yahweh le prometió que sus descendientes se extenderían hacia el norte, hacia el sur, hacia el este y hacia el oeste, y que todas las familias de la tierra serían bendecidas en él y en su Simiente. Yahweh también le dijo que no lo dejaría hasta que esto hubiera sucedido.
B’reisheet (Génesis) 28: 12-15
12 Entonces él soñó, y he aquí, una escalera se instaló en la tierra, y su cima llegaba hasta el cielo; y allí, los mensajeros [ángeles] de Elohim subían y bajaban por ella.
13 Y he aquí, Yahweh se paró sobre ella y dijo: “Yo soy Yahweh, el Elohim de Abraham tu padre y el Elohim de Yitzjak; la tierra en la que estas acostado te la daré a ti y a tus descendientes.
14 También tu descendencia será como el polvo de la tierra; te extenderás al oeste y al este, al norte y al sur; y en ti, y en tu simiente, serán benditas todas las familias de la tierra.
15 He aquí, yo estoy contigo, y te guardaré dondequiera que vayas, y te traerá de regreso a esta tierra; porque no te dejaré hasta que haya hecho lo que te he dicho”.
El apóstol Shaul (Pablo) nos dice que “la semilla (simiente)”, aquí mencionada, se refiere a el Mesías Yeshúa.
Galatim (Gálatas) 3:16
16 Ahora bien, las promesas fueron hechas a Abraham y su simiente. Él no dice: “Y a las simientes”, como a muchos, sino a uno, “Y a tu simiente”, que es el Mesías.
Sin embargo, esta bendición se divide en dos partes. La primera es la referida al Mesías. Y la otra parte es sobre los hijos físicos de Yaakov, los cuales irían a las cuatro esquinas de la tierra y se entremezclarían con cada una de las familias en la tierra (mundo), para que cada familia en la tierra se convierta en heredera de las promesas de salvación en el Mesías Yeshúa. De esta manera, un día, habría un gran remanente el cual volvería a casa. Como veremos en los siguientes capítulos, este es el papel desempeñado por Efraim.
En el siguiente capítulo nos encontraremos con las cuatro esposas de Yaakov y sus hijos.